Michelle E Bocanegra, Editora Fútbol de Honduras
No salgo del asombro, como en Honduras, algunos dirigentes, periodistas, entrenadores y jugadores de fútbol le siguen guardando tanta reverencia al colombiano Reinaldo Rueda que no es ni el primero ni el último entrenador, mi país es digno de mejor suerte y por ende, merece un técnico de verdad.
Como me hubiera gustado leer y escuchar todo el apoyo que le profesan al colombiano, se lo brindaran a los ex entrenadores hondureños que estuvieron al frente de la Selección Nacional y quienes, por no contar con la dosis de suerte que tuvo Rueda Rivera, no lograron el objetivo final, clasificar a la Copa del Mundo.
El fútbol es un negocio y se debe ver como tal, con resultados y estos, quieran o no aceptarlo los que ven este deporte con el corazón y no con la razón, Reinaldo Rueda no los obtuvo para que desde el primer ciudadano del país, le rinda tanta reverencia. Reinaldo Rueda es nada más un entrenador de fútbol, al que se le contrató para hacer un trabajo y punto.
Reinaldo Rueda ya logró gracias a la Selección de Honduras más de lo que muchos hondureños no han querido ver o no quieren entender. Reinaldo Rueda y su grupo, se infló los bolsillos de dólares y a cambio, entregó un equipo devaluado que no ganó nada en las competencias internacionales en las que participó bajo el mando del colombiano.
En la Copa UNCAF, no pasó del tercer lugar, jugando en casa y con una concentración millonaria de un mes en Miami, Estados Unidos.
Ni que decir de la Copa Oro en dos oportunidades, donde fue eliminado por Guadalupe en la primera edición del 2007 y en el 2009, la misma selección que le dio el boleto al Mundial, lo dejó en el camino ganándole en dos oportunidades con un equipo de reservas. ¿ Dónde está el hombre que “revolucionó” el fútbol hondureño ? como irresponsablemente lo calificó un medio de prensa que no se para de ser campaña a su favor.
Yankel Rosenthal, presidente del Marathón manifestó en estos días en un programa de Emisoras Unidas, que el colombiano los “tuvo dormidos en tres años, porque tiene la habilidad de transmitir el mensaje que él quiere que se escuche, pero que su credibilidad ya se perdió”. ¿ Qué más quieren ? me pregunto yo, si lo expresado por un triunfador como Yankel Rosenthal no es suficiente para decirle a Reinaldo Rueda, gracias y hasta luego.
A lo manifestado por Rosenthal, se suman las de otros directivos, entrenadores y periodistas que no comulgan con la línea oficial del presidente de la Federación Rafael Callejas quien y junto al de igual cargo de la Comisión de Selecciones, Rafael Ferrari se han empecinado en renovar a un entrenador que le quitó la identidad al futbolista hondureño, a un técnico que la responsabilidad de dirigir a la Selección hondureña en la Copa del Mundo le quedó demasiado grande y como si fuera poco, perdió lo más soberano que una persona dedicada a dirigir grupos no puede dejar de tener, credibilidad y respeto.
Faltan muchos valientes como Víctor Salvador Bernárdez para que terminen de abrir la caja de Pandora que el defensor del Anderlecht de Bélgica tuvo las agallas de destapar una acción, que dejó al descubierto la clase de entrenador que es Reinaldo Rueda, un hombre que navega a favor de la corriente para no perder según el, la imagen de caballero, la que sin embargo, fue desenmascarada por un jugador que además, solicitó que el nuevo estratega de la Bi Color sea alguien que no se deje mangonear” .
Todas las voces de apoyo, las frases de aliento que está recibiendo Reinaldo Rueda, vienen del mismo seno que tuvieron en la Selección de Honduras, una fuente de ingresos permanente, con concentraciones en el extranjero, fuera del alcance de la realidad del balompié hondureño. Son los mismos que a través de la Bi Color, aprovecharon para hacer negocios personales y que con el colombiano al frente por otros cuatro años, la fiesta continuará, mientras a los que de verdad les cuesta el fútbol, seguirán sacrificándose para que otros, llenen sus bolsillos como lo hizo Reinaldo Rueda y su grupo de colaboradores.
Sí a Reinaldo Rueda todavía le queda un poco de dignidad, lo mejor que podría hacer es marcharse de una vez por todas de Honduras, que no le debe nada, porque se le contrató para un trabajo, que al final, lo terminó haciendo otro, la Selección de Estados Unidos.
