Empujados por el dulce sabor de sus festejos ante México, Carlo Costly y Jerry Bengtson deberán afinar su talento y estrategia para superar a una férrea zaga panameña que se caracteriza por tener una envidiable fortaleza física.
Con su promedio de altura, que supera el 1.80 metros, Felipe Baloy, Román Torres, Luis Henríquez y Leonel Parrish constituyen una auténtica armada que se torna complicado derrumbar.
“Es una zaga que tiene un buen físico, una buena presencia, son fuertes para la marca. A ellos se les complica más cuando se les juega por bajo y lógicamente se les facilita más en el juego aéreo”, dice Arnold Cruz, un exdefensa central de la Bicolor y que, por ende, sabe muy bien de que se trata de esto…
Identificados por la fuerza
La principal fortaleza de la defensa canalera parece ser la zaga central que constituyen dos de gran recorrido y constancia como Baloy y Torres.
“Son dos centrales que tienen mucha fuerza, hace tiempo están jugando juntos, creo que hay mucha comunicación y son de mucho respeto, especialmente cuando se suman al juego ofensivo”, dice Arnold, que enseguida echa un vistazo a los costados panameños. Entonces describe las características del lateral derecho Leonel Parrish y del defensa izquierdo Luis Henríquez: “Son muy potentes, pero no tienen esa facilidad de un desborde, son muy horizontales, no tienen esa facilidad de incorporarse al medio o abrir”.
Hay que sacarlos de su zona
Pero, como toda zaga, la panameños tienen falencias, principalmente cuando se les juega por los costados o con jugadas elaboradas que los obligan a salir de su hábitat natural dentro del área.
“La debilidad es cuando salen de su zona hacia los costados o cuando salen a marcar a su delantero más afuera, creo que allí radica uno de los grandes problemas que tienen porque dejan el espacio y no tienen esa rapidez como para hacer un relevo”, adelanta el hombre que defendió la camisa nacional en la década de los noventa.
A combinar en juego corto
Por tanto, una vez descritas las fragilidades del combo que lidera Baloy, el Chele anticipa el tipo de juego que deben hacer Costly y Bengtson para sacar dividendos de esos despistes locales. “Deben tener mucha movilidad y uno de los dos tiene esa misión de salir unos metros atrás para ir a recibir el balón, donde ellos se pueden confundir, pero también tener esa combinación en juego corto, porque eso a ellos les hace mucho daño”, cuenta Arnold, que da una arma más: “El anticipo en el juego aéreo a ellos se les dificulta bastante porque siempre miran mucho el balón y no al delantero”.
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