El “18” de Danilo Tosello y el “7” de Héctor Vargas solamente no se encontraron en el verde césped por culpa de ese caprichoso destino de la redonda.
Diez años de diferencia entre los actuales técnicos de Olimpia y Victoria impidieron ver el duelo entre la pegada de toro del zurdo de Sunchales y el cuchillo entre los dientes con el que marcaba el León formoseño.
El ídolo olimpista era el perfecto lanzador de faltas. Pulcro. De sano pie izquierdo. “Se disfruta más una final como jugador, porque sos protagonista. Como técnico la sufrís, solo te toca dar indicaciones y a veces terminás sin voz. Lo más lindo es jugar”, acepta Tosello, seis títulos como jugador mediante, mientras le espera enfrente el de Ibarreta, Formosa.
“Era un contención de esos que no se vencen nunca. Aparte, siempre me tocó marcar a todos monstruos, por eso sufría cada fin de semana… ja, ja: un domingo enfrentaba a Maradona, el otro a Alonso, el otro a Zanabria, el otro al Tata Martino”, recuerda Vargas.
Sentidos opuestos…
Muchos años después, en una tierra que los admitió como hondureños postizos, los sucesos se han encadenado para que los argentinos se saluden el domingo, con realidades opuestas.
En la capital, Tosello solo habla de fútbol: “No hay mañana. Acá nos jugamos el semestre”; en el puerto, mientras, Vargas habla más del tema de siempre, con un condimento extra: “Hoy o mañana es el límite. Si no me pagan, no dirijo en Tegus. Lo lamentaría por un montón de gente, pero ya no puedo más, tengo una familia que mantener”.
Tan corta está la mecha de la dinamita en el Jaibo que cualquiera la hace explotar. ¿Será su entrenador? “Ya me cansé de las mismas amenazas. A mí se me debe tres meses y medio de sueldos y los premios y veo injusto que los jugadores se repartan un millón de pesos y nadie se acordó del entrenador: o cobramos todos o no cobra nadie”.
La dirigencia ya dijo que no hay plata y el club entrenó ayer una hora después de lo pactado. Todo sigue siendo una incógnita.
Por Tegus, en tanto, el ambiente se ensombreció por la muerte de Luis García, el jefe de la utilería del Más Popular. Antes de eso, Danilo Tosello no se fía de la guerrilla interna en el norte: “Los dos tenemos las mismas posibilidades de ganar el título”.
Héctor Vargas se agarra del último lazo de esperanza: “Si nos liberamos de los problemas, la expectativa siempre estará de levantar la copa; si el equipo está mentalmente bien, verán al mismo Victoria de siempre en el Nacional”, cierra el León..
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