UNA EXEPCIÓN. Salvo un título para el Deportivo Saprissa, de Costa Rica, en 2005, la actuación centroamericana transita cada vez más estrecha por un torneo regional en el que los clubes mexicanos se han convertido en los verdaderos comandantes, acentuando las diferencias con los representativos del istmo, sean de Honduras, Costa Rica, Guatemala o El Salvador.
POCAS OPCIONES. La diferencia de calidad, por peso futbolístico y poder económico que siempre han ostentado los aztecas y que ahora afinan también los clubes estadounidenses de la MLS, ha puesto a los conjuntos centroamericanos en una segunda fila, desde donde no logran abrirse paso al ser claramente adversarios de menor condición.
Un vez que la FIFA estableció su mundial de clubes con reconocimientos millonarios, los mexicanos volvieron a ver el campeonato de Concacaf como una vitrina obligada para luchar por el logro deportivo y una aceptable remuneración económica.
CON PLANTELES POBRES. Mientras tanto, nuestro fútbol regional también experimenta las constantes sangrías de los clubes locales, que pierden a sus mejores figuras al abrirse las opciones de colocación de jugadores en otros mercados mundiales, que hasta unas dos décadas atrás eran lejanas, como Sudamérica, el mismo México, ahora la MLS y Europa, que ha sido un área de alta expansión últimamente.
APARECE LA TELE. El mejor nivel de fútbol en el norte, por calidad de jugadores y logística, hace que llegar al mundial sea una misión casi imposible para nuestros elencos, insertos en ambientes de menor capacidad competitiva e ingresos.
Estos factores han inclinado hacia un solo lado la competición que, además, tiene una clara bendición hacia esa misma zona, debido al poder económico que sustenta la Concachampions con la incursión televisada por cable de ESPN o Fox que, por supuesto, participan alentando a los mexicanos, hacia donde se dirige su audiencia.
FUTURO INCIERTO. Con este panorama, la misma Concacaf hace sus famosos sorteos en privado, obligando a los equipos del área a debatir la clasificación de visita, como ahora mismo le pasó a Olimpia y a los ticos del Herediano y Alajuelense.
Las aficiones de los países centroamericanos se han ido desencantando, pero en Costa Rica nuestros clubes obtienen taquillas más que aceptables frente a los mexicanos y los mismos equipos de la MLS, dependiendo, por supuesto, de las estrellas que vengan a visitarnos (como cuando llegó David Beckham).
Si vemos todo el entorno, es útil y atractiva la competencia en Concacaf, pero a la vez completamente desigual y no hay visos de cambios ni a corto ni a mediano plazo. Las cartas están echadas y estamos en completa desventaja en Centroamérica.
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