Dueño por ahora de un récord fenomenal. Víctor Coello es el hondureño que más copas Centroamericanas alcanzó con la H, a la que cataloga como “lo máximo”.
El portero jugó en seis ediciones bajo el marco nacional, el que defendió con la vida misma, “fue un honor hacerlo las veces que estuvimos”.
Hoy, enfrascado en una nueva aventura llamada Juticalpa FC y la misión Ascenso, el portero villanovense pone en manos y en el nombre de Dios todo lo que hace y además lo único que le hace falta en Honduras: lograr un ascenso.
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A propósito del inicio de la Copa Centroamericana, usted la jugó seis veces, estableciendo un récord, ¿qué piensa?
Tuve la bendición de estar en seis ediciones, para mí fue una experiencia maravillosa, son tiempos y momentos que se disfrutan al máximo.
¿Qué sensación le deja esta marca?
Satisfacción es lo que a uno le queda al final, porque vestir la camisa de la Selección es un orgullo, una honra, lo máximo. Estar allí no es fácil. Yo estoy agradecido con Dios de haber tenido esa oportunidad. Hoy hay arqueros jóvenes como Donis, que para mí es un arquerazo que está por encima de todos, con el respeto que le tengo a Noel. Además José Mendoza, que lo tuve en Platense, y tiene unas enormes condiciones, y Kevin Hernández que es otro gran arquero, y hoy le deseo lo mejor a los que están.
¿Qué espera de este torneo?
Que a la H le vaya bien, que gane la Copa, porque yéndole bien a ellos ganamos todos, esperamos que se puedan traer ese título porque somos los actuales campeones.
¿Fue la edición de 2005 (subcampeón) la mejor experiencia?
Yo creo que todas, pero la que más disfruté es esa que usted mencionó. Recuerdo la final ante Costa Rica, lastimosamente la perdimos en penales, son momentos que no se olvidan nunca.
¿Qué anécdota nos puede contar de todas estas copas que jugó?
Muchas. Pero -hace memoria, sonríe con el recuerdo, entonces cuenta-, en Guatemala (2005) gozamos mucho cuando ya veníamos de regreso, el avión estaba por despegar cuando nos dimos cuenta que faltaban dos compañeros. Nos reíamos porque tuvieron que parar el avión, ¡ja, ja, ja!…
Interrumpo y pregunto: ¿qué, se quedaron de compras?
No, es que la noche antes de volver nos dieron libre y ellos se tomaron toda la noche… ¡ja, ja, ja! Entonces cuando ya estábamos en el avión todos, recuerdo que Cocoy (Jorge) Abudoj era el delegado y dijo: “Ustedes están suspendidos de por vida”, ¡ja, ja, ja! pero no fue cierto.
Se hacen muchos amigos ¿no?
Sí, tuve la bendición de poder compartir con Rolando Fonseca (Costa Rica), un hombre de Dios, cristiano. Platicábamos mucho.
Otro punto, en las ediciones 2005 y 2007 le tocó ir con Wilmer Velásquez, otro hombre de Dios, ¿compartían el Evangelio con los compañeros? Siempre aprovechamos el tiempo para compartir de Jesucristo. Es una responsabilidad que tenemos y siempre en tiempos libres les hablábamos. Con Wilmer me tocó ser compañero de habitación en varias ediciones y es un hombre que no solo admiro, sino que respeto; puesto que no solo es el máximo goleador de la Liga, sino que un referente de la Selección y un hombre que ama a Dios con todo el corazón.
¿A quiénes les compartía?
Con Tyson (Milton Núñez), Saúl Martínez, jugadores referentes en su momento: Amado Guevara, Rambo León, Carlos Pavón, todo eso fue en Panamá (2003), cosas lindas que le deja el fútbol a uno.
¿Cómo se lleva una vida cristiana en el fútbol, que puede ser muchas veces lo opuesto al cristianismo?
Dios ocupa el primer lugar en nuestra vida y Dios hace la diferencia. No es fácil ser cristiano en el fútbol, pero en ningún medio es fácil hoy en día, el tiempo que estamos viviendo es difícil. Nosotros tratamos de orar siempre para mantenernos en santidad, es la única manera de hacerle frente.
Sabemos que somos figuras públicas y que hay mucha gente que quiere ser como uno, que lo admira, que hasta lo idolatran; entonces esto es una responsabilidad.
¿Está en sus planes estudiar para ser pastor como Osman Chávez?
Hay varios que están pastoreando ya: está Carlitos Oliva, en SPS; Derick Hulse, en Puerto Cortés; Nigel Zúniga, en El Progreso. Y bueno en su momento si es la voluntad de Dios que pastoreemos pues lo haremos, si no, seguiremos compartiendo la palabra. Pero aún estoy activo en el fútbol y bueno, hace poco también terminé el primer nivel para ser entrenador, quiero ser entrenador de arqueros en esto que me apasiona.
Ahora, después de tanto éxito en LNP y la H, ¿cómo llega la decisión de jugar con el Juticalpa en Liga de Ascenso?
Me motivó el hecho que don Ramón (Sarmiento, presidente del club pampero) y su atrevimiento, de cumplir ese sueño de estar en primera y de querer cumplir ese sueño. Están construyendo un estadio muy lindo en Juticalpa, y bueno el hecho de ayudar a que este club esté en Primera.
Para ser románticos… ya fue campeón en LNP, tiene ese récord en Uncaf ¿solo le falta un ascenso entonces?
Sí, es un reto, un desafío, no va a ser fácil, pero sé que Dios es especialista en imposibles y deseamos ser campeones con este equipo, ascender directo y poder jugar en la máxima división, que es un honor.
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