Dicen que tiene la varita mágica para convertir en títulos todo lo que toca. Administrador de profesión, ganador por costumbre, Rafael Ferrari es el verdadero Rey de Copas y -asegura- no se cansa de ganar; y si 26 años no son nada, como dice el tango, habrá que pedirle la fórmula para salir campeón.
Desde 1986, cuando asumió la titularidad del Albo, no sabe lo que es perderse una liguilla y, como los botones en su camisa, cuenta seguidos los últimos ocho torneos que ha puesto al León en la final. “Últimamente se han juntado las grandes finales de Olimpia con las navidades y no deja de ser anecdótico. Somos constantes protagonistas y eso quiere decir que estamos trabajando bien”, eleva su moral el primer ciudadano del Mundo Blanco.
La buena vida…
En su proyecto no existe la palabra fracaso y el domingo podría costurar su estrella personal número 19. Claro, los golpes de la vida le han enseñado que esto es fútbol y cualquier cosa puede pasar.
“Mientras vas a más finales, estás más expuesto a perder”, sostiene el señor de siete décadas que escuchó el pistoletazo de salida en 1977, cuando destronó a Real España y evitó que la Máquina lograra el tetracampeonato. “A lo largo de todos estos años hemos perdido y ganado. Sabemos lo que es esto. También tenemos claro que no se puede ganar siempre y el domingo somos conscientes que Victoria será un rival complicado”.
Sabe dónde está parado
Magnate de las telecomunicaciones, a la par de Olimpia -al que alguna vez lo calificó como “uno de mis hijos”- cumple su labor social siendo la cabeza de la Fundación Teletón. Orgulloso egresado del instituto Central Vicente Cáceres, guarda el valor oportuno para ilustrar al visitante del fin de semana. “Hay que reconocer que Victoria ha hecho un gran campeonato y que sus jugadores han sabido sobrellevar los problemas económicos. Victoria vendrá a jugar al ataque”.
Un punto que regala demasiado favoritismo al Melenudo. Un punto que lo podría traicionar. Si no que lo diga él mismo, que ya probó el amargo trago de una derrota que nadie veía venir, justo contra el mismo Victoria en la campaña 94-95. “Ganará el que disminuya el margen de error, pero en ningún momento hemos subestimado a Victoria”, confirma su relación con las buenas y las malas tardes.
Discreto orador. Mucho mejor futbolero. Mira desde el palco el fruto de su planificación. “Veo a Olimpia como un equipo muy equilibrado, con jugadores clave como Luis Garrido, Javier Portillo, Douglas Caetano y los porteros”.
Se despide por hoy, pero del Viejo León todavía no hay planes de marchar. Tampoco sabe si estará el domingo en el Nacional, culpa de sus rodillas. “Eso sí, quiero que el club se sienta apoyado por su afición y esa gente de la Ultra Fiel, que está los 90 minutos cantando”…
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