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«Ahora aspiro el Mundial femenino de Canadá» Melissa Borjas

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Melissa Borjas Pastrana, la primer árbitro hondureña, regresó al país después de haber participado en la Copa femenina Algarve de Portugal.

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Maria José Sandino
2014-03-16

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Melissa Borjas Pastrana, la primer árbitro hondureña, regresó al país después de haber participado en la Copa femenina Algarve de Portugal.

La silbante hondureña, que dirigió la final del Torneo Sub-20 de la CONCACAF el pasado 19 de Enero en Islas Caimán, dijo a su regreso que ahora la meta es estar en el Mundial Sub-20 a celebrarse en del 5 al 24 de Agosto en Canadá.

«Fue una experiencia muy interesante dirigir partidos en un torneo donde participan selecciones de élite mundial » dijo a Emisoras Unidas Borjas Pastrana.

«Haber dirigido el Pre Mundial Sub-20 de la CONCACAF me abrió la puertas a este evento que goza de tanto prestigio y queda en mis manos seguir trabajando para ser tomada en cuenta al Mundial de Canadá».

La único árbitro internacional hondureña, manifestó además que no todo depende de mi «Ya voy a seguir trabajando física y mentalmente para estar lista cuando sea requerida, pero la última palabra la tienen los instructores de CONCACAF y la FIFA».

Graduada de Banca y Finanzas de la Universidad Nacional de Honduras (UNAH), con 28 años, con el arbitarje en las venas, es sobrina del ex internacional y mundialista Carlos Pastrana, Melissa Borjas quiere superar la historia de su tío que estuvo en los mundiales juveniles sub-17, Sub-20, Copa Oro, dirigió en la Liga de Campeones de CONCACAF, torneos de Conmebol y Copa Confederaciones y se retiró después de la Copa Mundo de Sudáfrica 2010.

«Tengo que ir despacio, apenas hace un año me dieron la escarapela internacional, esto es gradual, no pudo estar en el Mundial Sub-17 de Costa Rica porque estaba en Portugal dijo. «Espero que me den buenas calificaciones del trabajo en Portugal para ser tomada en cuenta al Mundial de Canadá y además, agregó, vienen las eliminatorias pre-olímpicas y los Panamericanos a todo ello aspiro, voluntad me sobra, la última palabra la tienen los jefes».