Fue una tarde mágica y dorada. Seis doradas y una de bronce llegaron ayer y con solvencia.
Nuestros deportistas coronaron ayer su entrega y sacrificio poniendo en alto el nombre del país (pese al nulo apoyo gubernamental). Sacando varios cuerpos (literalmente) de ventaja sobre sus competidores; los deportes de tiempos y de marcas se lucieron en el octavo día de competencia y subieron a Honduras un peldaño más en el medallero.
Natación da la cara
Como es habitual, el deporte que más medallas le ha dado a Honduras en la historia, ayer se lució al conseguir seis doradas y un bronce.
Primero Javier Hernández y Roy Barahona hicieron el 1-3 en la prueba de los 200 metros mariposa.
Hernández y Barahona, ambos exolímpicos de Atenas 2004 y Beijing 2008 respectivamente; ganaron con 2:05:58 y 2:06:41 las medallas de oro y bronce.
Por su parte, la divina tarde la puso Ana María Castellanos Fortín, quien se lució con todo su potencial y cual sirena en el agua “encantó” a todos los presentes en los 200 metros pecho.
Castellanos logró la medalla de oro con 2:47:75, sacando una ventaja de más de tres segundos a el resto de nadadores. Su logro es histórico, pues con este oro, completa el círculo familiar de campeones centroamericanos en esta prueba, pues en 1990 fue ganado por su tía Ana Joselina Fortín y cuatro años después por su madre Claudia Fortín. Es la primera vez en la historia de la natación de América que sucede este hecho.
En el cierre de la jornada acuática, el equipo de relevos 4×200 femenino compuesto por Julimar Ávila, Angie Galdámez, Sara Pastrana y Karen Vilorio ganaron la medalla de oro con un tiempo de 8:44.07.
Parten la pista
Los campeones serán campeones siempre. Ayer Ronald Bennett, actual marquista y campeón centroamericano, se quedó con la dorada en los 110 metros vallas con una marca de 14.43; la plata fue para Guatemala, con 14:85.
Por su parte, Jeimy Bernárdez en los 100 metros vallas, se llevó otro oro con 14:42. La última de oro llegó por la noche con Jason Castro en salto triple con 15.39 metros, en un cierre espectacular del atletismo.