El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, quiere que el escándalo de venta de votos que ha dañado los intentos del organismo que rige el fútbol de limpiar su imagen sea solucionado para el momento en que se presente a la reelección el 1 de junio.
El ex presidente de la Asociación Inglesa de Fútbol David Triesman acusó a los miembros del comité ejecutivo de la FIFA Ricardo Teixeira, Jack Warner, Nicolás Leoz y Worawi Makudi de pedir incentivos para votar por la candidatura de Inglaterra – que finalmente no tuvo éxito – a ser sede del Mundial 2018.
«Tomémonos algo de tiempo para hacerlo muy rápido, porque tenemos un congreso por venir y debemos lidiar con este asunto antes del congreso», dijo el miércoles Blatter a la cadena Al Yazira.
«No podemos simplemente decir que lo sacaremos de la mente de la FIFA y lidiaremos con eso después (…) No, debemos hacerlo ahora, inmediatamente, tenemos exactamente tres semanas para hacerlo, así que debemos acelerar el movimiento para lo bueno o para lo malo», añadió.
La FIFA escribió el miércoles a la asociación inglesa pidiéndole pruebas que respalden las acusaciones de Triesman, hechas en la investigación del Parlamento británico del día anterior sobre por qué falló la candidatura.
Los miembros del comité trataron de limpiar sus nombres de las acusaciones que han afectado a Blatter tres semanas antes de que el hombre que prometió «limpiar la FIFA» se presente a las elecciones ante el qatarí Mohamed Bin Hammam.
La votación se realizará en el Congreso de la FIFA en Zúrich, momento para el cual Blatter espera haber llegado al fondo del último problema de corrupción que afecta a su organización.
Un total de ocho de de los 24 miembros del comité ejecutivo de la FIFA – encargado de tomar decisiones – han sido acusados ya por medios británicos y representantes del Parlamento británico de corrupción, incluyendo a dos suspendidos por la FIFA el año pasado por informaciones de venta de votos.
Blatter se ha distanciado de los miembros del comité ejecutivo diciendo que no los elige y que la FIFA reaccionará inmediatamente contra cualquiera que viole las reglas del código de ética.