Panamá vive su mayor momento de éxtasis en el fútbol y su gente se ha contagiado. El pueblo canalero ha olvidado por completo el tedio diario y se ha involucrado en la formación de la Marea Roja.
Desde la acalorada llegada de la H a la 1:00 de la mañana del jueves al Internacional Aeropuerto de Tucumén (donde incluso hubo un pichingo de Donis Escober con pañales desechables), hasta el último instante previo a ingresar al estadio esta noche, los panameños le han metido presión a Honduras con su barra organizada La Extrema Roja. Dicha barra tuvo varios piques amistosos con la barra de los hondureños comandada por Luis Redondo.
Si bien el juego se ha calentado entre hinchadas hasta llegar a las ofensas de los raperos, periodistas y barristas se han estrechado las manos en amistad.
Algunos panameños, incluso han salido a pasear con algunos catrachos y todos los medios han invitado a la prensa hondureña en esta ciudad a sus programas de radio y televisión.
Se espera que para esta noche hayan más de mil hondureños desperdigados por todo el estadio Rommel Fernández. A apoyar.