La CONCACAF radicó una demanda contra dos exfuncionarios del organismo involucrados en el escándalo de corrupción del fútbol.
Los documentos presentados esta semana en un tribunal federal en Brooklyn acusan al expresidente del organismo, Jack Warner, y su exsecretario general, Chuck Blazer, de enriquecerse a través de malversación. Las acusaciones son similares a las que presentó el Departamento de Justicia de Estados Unidos en su abarcadora investigación sobre corrupción en el fútbol.
La demanda señala que Warner y Blazer negociaron sobornos con empresas de mercadeo deportivo a cambio de los derechos comerciales de torneos de fútbol, incluyendo la Copa de Oro de la CONCACAF.
«No debe caber duda de que la CONCACAF es víctima de Warner y Blazer, quienes robaron y desfalcaron decenas de millones de dólares en descarados actos de corrupción para beneficio propio, y a costa de toda la región de la CONCACAF», señala la demanda.
La CONCACAF pide una indemnización de 20 millones de dólares, además de otra indemnización de una cifra indeterminada por daños y perjuicios.
Blazer se declaró culpable y coopera con la pesquisa criminal. Uno de sus abogados en ese caso rehusó comentar el viernes sobre la demanda.
Warner está en Trinidad y Tobago, donde libra una batalla legal contra una solicitud de extradición de Estados Unido. Ha negado haber cometido delito alguno.
La FIFA también presentó una demanda de indemnización el año pasado en la que se presenta como víctima de los acusados.
«Sus acciones han dañado profundamente la imagen de la FIFA, y han afectado la capacidad de la FIFA para utilizar sus recursos para fines positivos alrededor del mundo, y de cumplir con su misión global de respaldar y mejorar el deporte del fútbol», señala esa demanda.
La demanda pide la devolución de decenas de millones de dólares en pagos, incluyendo 10 millones que alega que fueron robados por Warner, Blazer y otros funcionarios.