Juan de Dios está para Motagua algo así como los Boy Scouts para el pueblo: “Siempre listo”; antes de llegar al aeropuerto Benito Juárez y tomar vuelo rumbo a una casa muy conocida, el Cuate regaló unos minutos a Zona, mientras empacaba los últimos videos de prácticas y unas que otras bitácoras de fútbol…
¿Qué tal, profe? ¿Cómo está el cuerpo de Juan de Dios para hacer frente a este nuevo ciclo en Motagua? Muy bien, está listo. Me siento agradecido con Dios porque me da un nuevo trabajo. Siento que es un reto, pero viendo de afuera el plantel del club lo encuentro muy bueno, pero platicaré con los jugadores para saber cómo se encuentran.
¿Qué recuerda de aquel primer período de Azul? Hicimos una campaña muy buena, tuvimos 11 partidos sin perder y me parece que estuvimos las dos vueltas en primer lugar; lamentablemente en la liguilla nos dejó afuera un descuido, pero desplegamos un fútbol bastante agradable a la gente y el club era ganador.
¿Y ahora cómo se dio todo? Tenemos una buena relación y ellos me hablaron el domingo. Me preguntaron si tenía deseos de trabajar en Motagua y me puse a sus órdenes. La parte económica viene a ser un segundo término.
¿Qué le pidió la directiva: salvar el descenso o luchar por el título? Primero es tratar de buscar un lugar en la liguilla. Me estoy enterando que califican seis, contrario a los cuatro que pasaban cuando estuve antes. No está tan difícil la clasificación, pero ocupo el compromiso de los jugadores.
¿O sea que está salvable la campaña del Ciclón? Si los jugadores lo desean y lo manifiestan en los entrenamientos, en la cancha, eso se traducirá en las ganas de buscar un lugar en la liguilla. Si lo manifiestan en la cancha, vamos a estar, eso lo tengo claro.
¿Ya vio el fixture: viene Vida y luego Olimpia, un partido aparte? Sí, sí. Pero a partir de ahora todos los partidos para Motagua son finales. Si queremos llegar a la liguilla, son finales. No podemos tirarnos a la hamaca, hay que alistarnos para seis finales.
¿Viene a cumplir un plan a largo plazo o como simple apagafuegos? Hay un proyecto del que me habló Motagua de tres o cuatro años, pero de eso tengo que sentarme a hablar con los directivos. Por ahora lo primero es que este equipo salga adelante.
¿Pero sí sabe que los últimos proyectos han fracasado: Ramón Maradiaga, Pepe Treviño, Reinaldo Clavasquín? Sí. El proyecto a largo plazo tiene que estar escrito y eso es lo que vamos a ver. Los proyectos al vapor nunca funcionan. Hay que planificarlo bien y llevarlo a cabo.
¿Qué rol jugará Amado Guevara en su nuevo Motagua? Según tengo entendido está contratado como un jugador más. Tiene todo mi respeto, es un jugador de mucha calidad y tiene que ser el ejemplo del equipo; es un tipo muy inteligente, que sabe manejar esos términos: el líder no es el que manda sino el que más trabaja, entonces me lo imagino comprometido con el club que lo vio nacer. Me han comentado que anda bien, corriendo, jugando, goleando…
Y que anduvo de asistente de Clavasquín, también. Bueno, hasta ahí se corta todo. No puede servir a dos señores al mismo tiempo. O eres entrenador o eres jugador, y yo ocupo un entrenador adentro del campo, que se mueva, que corra, que luche.
¿Qué mensaje le daría a la hinchada del Mimado, preocupada por la escasez de títulos? Yo voy con todas las ganas de dotar a mis jugadores de los recursos para que hagan un buen fútbol. En este tiempo sin entrenar me he capacitado más, pero es muy difícil que un técnico haga todo, así que deseo que mi jugador entienda tan claramente lo que quiero, como en 2009, cuando el equipo jugaba tan bien.
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