Donis Escober, amuleto de la suerte en las finales de Olimpia
Matriculado por Danilo Tosello para ser el guardián en los desafíos en donde los corazones se paralizan y los suspensos se apoderan de los cuerpos, el orgullo de San Ignacio se ha convertido en el designado de oro para defender la meta alba cuando se trata de grandes finales.
Sí, el nombre de Donis Escober se patentizó en las últimas tres finales que ganó el León y ahora el Pimpollo se apunta para intensificar su currículum personal y registrarse en su cuarta final seguida.
Antes jugaba la primera
En los últimos años, la puerta Alba se ha venido alternando entre Noel Valladares y él, pero desde que Tosello asumió las riendas Merengues (2011) se encargó de dejar claro que el partido de la corona tenía que estar reservado exclusivamente para el camisa 28. Y, ahora JC Espinoza, parece que seguirá esa línea al anticipar que “Donis sí está confirmado para el domingo”.
“Esta sería mi cuarta final seguida porque de Danilo para acá es que siempre me tocó jugar todas esas tres finales, porque anteriormente siempre me tocaba jugar la primera final y eso es una gran emoción”, cuenta en tono humilde Escober, quien reconoce que a la par tiene a uno de los mejores porteros del país.
Una satisfacción enorme
El hecho de tener la competencia del capitán de la Selección Nacional y que la cabecilla técnica del León se decida por él, sin duda que representa una gran motivación para el hombre de 32 años de edad. Y, claro, sus apariciones en estas instancias está refrendada por sus números positivos, puesto que no ha recibido un tan solo gol en esos 270 minutos disputados en los juegos en los que el León se colgó la presea dorada.
“Es una satisfacción muy grande, sabiendo que tenés el apoyo, a pesar que hay otro portero de mucha calidad a tu espalda”, cuenta Donis, quien dice que existe un gran apoyo mutuo con su colega: “Lo importante es que estamos unidos y nunca hemos tenido problemas en esa parte; constantemente estamos apoyándonos e independientemente del que le toque, pues siempre está el apoyo del que está en la banca”.
El mismo nervio de la primera… Pese a que ya suma una tripleta de finalísimas al hilo, cualquiera podría asumir el juego contra la Real Sociedad con absoluta normalidad, pero Donis confiesa que aún siente el cosquilleo de aquella primera final contra Marathón en 2003.
“La presión siempre existe, el día que no sienta esa sensación creo que ya no le voy a tener amor al fútbol, eso es normal en un jugador”, sostiene el cancerbero, que sabe que el domingo tienen una cuota pendiente por lo sucedido en la ida de Tocoa.
Por supuesto, el 0-1 de la ida sumado a los nueve hombres con los que terminó el Blanco, hacen que el Pimpollo se muera de ganas por llegar a las 4:00 PM del domingo para revertir la presentación en el Bajo Aguán.
“Hay ansiedad de que llegue el partido porque uno queda con la sensación de que pudiste haber dado más en el primer juego, de que querés que comience la revancha porque hay cosas que se dejaron de hacer y esa revancha la tenemos el domingo”, se sinceró el hombre de hierro en finales.
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