Hace la señal de la cruz y se abraza con su destino. “¿Quién iba a decir que Choloma iba a estar en semifinales?”, se pregunta el Filósofo, un abogado de 50 años, recién cumplidos en noviembre 6, para quien el fútbol no es ningún juego de azar.
“Edwin Pavón te diagrama cómo va a suceder el partido. Es un gran estratega”, reconoce Óscar Torlacoff, antepuesto como uno de los “indispensables” del técnico limeño en este insospechado invitado a la fiesta grande…
Personaje de pocas sonrisas. Temporizador de ilusiones. Con él bien anda el dicho de “pueblo chico, infierno grande”. Choluteca vibró con el Broncos de aquel desconocido Edwin Pavón que llegaba del ascenso a finales de los años noventa; Comayagua supo el néctar azucarado de las semifinales con el Hispano en la campaña 2006-2007 y Choloma no se ha resistido a sus halagos: fútbol directo, estrategias de acordeón. Ante Marathón, en San Pedro Sula, empezó con un 4-3-3 y terminó con un 5-4-1 para sacar de carrera a uno de los favoritos. Y Olimpia lo volvió a sufrir el domingo pasado.
Muy religioso él…
“Toda la gloria es de Dios”, asegura el profe, mientras en su oficina del Congreso Nacional descansan las figuras de dos de los personajes más revolucionarios de la historia: Ernesto el “Ché” Guevara y Fidel Castro. “Sin Dios no hubiéramos podido”, prosigue diciendo Pavón, tipo de lentas palabras, algunas muecas irónicas y un sudor helado producto de la adrenalina que le produce esto, su vicio inevitable: el fútbol.
Enseguida, saca el libreto de su obra y guarda un capítulo para la vuelta ante el bicampeón: “Cumplimos ganándole a Olimpia en nuestra casa y ahora no vamos con la presión de tener que ir a ganar allá, en Tegucigalpa tenemos que ser precavidos y manejar los tiempos”.
El abrazo esperado…
Ahora, más de diez años después, el recuento de la vida lo pone frente a frente con uno de los mejores jugadores que dirigió: Danilo Tosello, hoy por hoy el cerebro técnico de un Olimpia que amaga con ser tricampeón.
A Edwin Pavón poco le incomoda eso. “Con tal que no sea contra Real Madrid o Barcelona, tenemos un ápice de esperanza de llegar a la final. Aunque, claro, indudablemente Olimpia sigue siendo el gran favorito, a pesar del 1-0 a nuestro favor”.
Saltan, claro, datos no menores. El día que Pavón debutó en el banquillo olimpista (octubre 15 de 2000 ante Vida), Danilo Tosello hizo dos goles.
En toda su vida al frente del barco olimpista, hubo un nombre que hizo más goles que nadie: Danilo Tosello, con 30 pepas, y aquel febrero 11 de 2001 no será una fecha difícil de olvidar para el Mundo Albo: Edwin Pavón ganaba su único título de Liga Nacional gracias al gol de oro de (¿quién más?) Danilo Tosello.
Ha sido Olimpia, por supuesto, el que mejor usufructuó la marca de Edwin Pavón. Un Torneo Uncaf, un subcampeonato de Concacaf y la clasificación al Mundial de Clubes de 2001. Ha sido Olimpia, también, el que casi destruye la luna de miel entre Edwin Pavón y el pueblo cholomeño (con aquel 3-1 en el Nacional, por la fecha 11, cuando el presidente Javier Hernández pidió a Edwin Pavón decidirse entre la política y ser entrenador). Mientras llega el pitazo inicial, el Filósofo ya lo advirtió: “La gente de Choloma sigue soñando… estamos a un juego de llegar a la final, a pesar de que los expertos nos daban como eliminados. Solo un pelón dijo que teníamos chances”…
La plática terminó. Han pasado 25 minutos desde que los jugadores empezaron a escuchar la religiosa charla que el Filósofo brinda antes de cada entrenamiento. Es un DT muy meticuloso. Psicólogo además. “Nos decía que éramos iguales que Pachuca y Toluca en las previas de esos duelos importantes de aquel Olimpia de 2000”, recuerda Nerlin Membreño. Edwin Pavón sabe que tiene el destino en sus manos… y no quiere fallar.
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