Giuseppe Rossi del Villarreal (Izq) sobrepasó al volante del Nápoles Andrea Dossena
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El Nápoles venció ayer al Villarreal por 2-0 en partido correspondiente a la segunda jornada de la fase de grupos de la Champions League. Los italianos fueron superiores a un ‘submarino amarillo’ que comienza a naufragar en Europa.
La primera mitad comenzó con el Villarreal mandando en la posesión de balón, pero todo fue un espejismo. El Nápoles, una de las apuestas por el fútbol italiano, engañó al equipo de Garrido en esos primeros instantes cediéndole el balón a la espera de que el tridente formado por Lavezzi, Cavani y Hamsik se encontraran cómodos en el terreno de juego. Esto no tardó mucho en producirse. En el minuto 14, en la primera conexión de éstos, Hamsik recibió el balón absolutamente sólo dentro del área tras un inoportuno resbalón de Zapata y batió a Diego López para poner el 1-0 en el marcador. Tan sólo dos minutos después, Marcos Senna realizó un mal envío a Gonzalo, que, tras ser superado por Cavani, cometió un inocente penalti. El ‘9’ uruguayo anotó el 2-0. A partir de aquí, el Nápoles se encontró muy cómodo en todas sus líneas con Cannavaro como un muro atrás y Lavezzi haciendo de las suyas en ataque. Mientras tanto, el Villarreal buscaba la reacción pero sólo un acercamiento de Nilmar puso algo de miedo en el cuerpo en el San Paolo.
La segunda mitad fue distinta. Pese a que la zaga del equipo español seguía sin ofrecer muchas garantías, los pupilos de Juan Carlos Garrido se pusieron manos a la obra y buscaron sin descanso la portería defendida por el veterano De Sanctis. No tuvieron éxito los castellonenses ya que, bien por el buen hacer italiano en defensa, por la solidaridad en el esfuerzo de todos los jugadores napolitanos y por alguna decisión arbitral cuestionable, Rossi, Nilmar y compañía no fueron capaces de derribar el muro italiano.
De esta manera, el Nápoles presenta su candidatura como una de las apuestas por la ChampionsLeague en el grupo de la muerte, mientras que el Villarreal, salvo machada inesperada, tiene pie y medio fuera de la competición.