Reunir a las extrellas del Olimpia y Motagua por una causa benefica, siempre genera expectativa y la Copa Amistad del 2013, no fue la excepción. El marcador solo sirve para la estadística, el evento se queda grabado para siempre entre los aficionados que vibran al ver a sus ídolos en la cancha como todos los años para ayudar a la Fundación con niños con Cáncer.
Los dos equipos se «reforzaron» con jugadores activos en Primera División, pero al final lo cuenta es la acción no cómo se hizo.
Ambos equipos reunieron tres distintas generaciones de futbolistas, que se enfundaron la camisa y entretuvieron al público presente de principio a fin.
Olimpia alineó a Carlos Sequeira, Samuel Caballero, Israel Fonseca, Rudy Williams, Nerlin Membreño, Mariano Acevedo, Javier Flores, Alex López, Reinaldo Tilguath, Eduardo Benneth y Roger Rojas.
El Ciclón salió con Diego Vazquez, Ninrod Medina, Luis Castro, Wilmer Crisanto, Carlos Paez, Carlos Muñoz, César Obando, Carlos Salinas, Jorge Claros, Marlon Hernández y Rubilio Castillo.
La cancha estaba fría por las bajas temperaturas pero el clásico de sabor añejo calentó los ánimos de la afición.
Eduardo Benneth abrió la cuenta para el León. El ex-San Lorenzo de Almagro cruzó al portero Diego Vazquez.
“Fue buen gol chicos…Pero si no es con Cofal no creo que juegue el segundo tiempo”, dijo Benneth sonriente.
Luego se vino un triplete de Roger Rojas, quien se convirtió en el jugador más valioso del partido. “Es bonito poder compartir con exglorias del fútbol hondureño”, dijo Rojitas.
Motagua no carburó en la primera mitad, ni siquiera la magia del Nene Obando pudo con la marca constante de Reinaldo Tilguath y Alexander López.
El defensa colombiano Luis Castro falló un gol debajo del marco que pudo haberle cambiado la cara al Mimado.
Los Azules tuvieron que meter a la cancha a Geovanny el Venado Castro, German el Ñato Rodríguez, Aminadán Laínez y Harold Yepes para comenzar a contrarrestar a los Blancos. El delantero Rubilio Castillo marcó el primero para los Azules, luego el Venado hizo el segundo y Carlos Paez de Oliveira decretó el tercer tanto de las Águilas.
La historia pudo haber sido peor para Motagua pero el portero Diego Vazquez, como en sus mejores tiempos, tapó un penal que hubiese significado el quinto gol para los Merengues.
El público motagüense enloqueció cuando la Barbie atrapó la pelota.
Al final de la noche, los más felices fueron los niños de la Fundación Hondureña para el Niño con Cáncer, por quienes se jugó este encuentro amistoso que ya es una tradición en la capital.