El Vida sufriò bajas importantes al final del Torneo Apertura, el ataque quedò debilitado con la salida de dos de sus pilares, Rubilio Castillo y Romell Quioto, este ultimo estarà de visita en La Ceiba el fin de semana.
El dato asusta: sin Quioto, pero también sin Rubilio Castillo (ahora en Motagua) y sin Erick Norales (en la Segunda de Estados Unidos), el cuadro de Jorge Pineda ha perdido poder ofensivo y su entrenador es el que más lo sufre.
“Ellos tres sumaron 19 goles, una cantidad importante para el club. Fue una cifra impresionante, pero lastimosamente se nos fueron este torneo”, comenta el Arquitecto, que apenas ayer sumó su segundo refuerzo ofensivo: el delantero uruguayo Christian Alba.
Aunque el club ha empezado a sanear las finanzas (a la plantilla apenas se le debe la pretemporada y uno que otro premio de la campaña pasada), el comando técnico sigue esperando más fichajes.
“Ocupamos un volante por el costado. Estaba la opción de Cristian Altamirano, pero a última hora la directiva le dijo que no contaba con él; podría llegar también Alexander Maximino Aguilar (dado de baja en Marathón), pero todo dependerá de la dirigencia”, explica.
Con muy poco…
Lo que sí tiene claro el adiestrador de los Cocoteros es que con esta plantilla “no ajusta” para pelear arriba.
“Todos los clubes se han preparado bien, pero vamos a luchar, el torneo mismo te va dando opciones con las que no contabas, como algún jugador que explote, aunque siendo sinceros no puedo esconder que este es un equipo joven, mientras los demás se reforzaron con gente de experiencia”.
Por ahora solo resta esperar qué tal se adapta el uruguayo Alba y “por los costados vamos a tener que improvisar con otra gente”. Ricardo Canales, Rommel Murillo, Hendry Córdoba, Eddie Hernández y Aldo Oviedo son algunas de las altas más importantes del Venado, que ya empezó a mostrar lo que tiene en el 2-2 ante Platense de la primera fecha.
“Escribimos conclusiones positivas de ese juego, sobre todo porque le sacamos un punto a uno de los rivales directos que vemos a los ojos en la tabla incómoda”, admite el exjugador del Vida; “no tuvimos la bola como lo habíamos entrenado en la semana, pero ofensivamente nos vimos bien y defensivamente nos tenemos que ir acoplando”.
Antes de que acabe la semana, se viene una nueva exigencia. Se llama Olimpia y trae consigo a Héctor Vargas, un entrenador que pocas veces le ganó a Jorge Pineda en los derbis ceibeños.
“Pero esas cuestiones ya pasaron, ahora Héctor Vargas está en un grande y con toda la logística que acá no tenía, así que hay que prepararse bien para ganar”.
Inmediatamente, el análisis de este “nuevo” Olimpia encuentra una reacción en el cuerpo de Jorge Pineda. “He visto al Olimpia de Vargas y no es nada nuevo, mantiene la base de torneos anteriores: Beckeles, Portillo, Fabio, Tilguath, Rojas, Carlos Will; quizá venga Quioto como nuevo y otro más, así que no hay muchas variantes nuevas”.
Por la hazaña…
Con todas sus tribulaciones, al Arquitecto no le tiembla el pulso para hablar del futuro cercano. “La lucha por el descenso estará difícil, estamos a un punto de esa media de equipos que tienen 25 y el torneo, de acuerdo a lo que se vio en la primera fecha con tanto empate, será parejo, nadie va a querer regalar nada”.
Mucho menos el sábado, uno de esos días especiales para cualquiera al enfrentar al Rey de Copas.
“Sabemos la propuesta del profesor Vargas y nosotros, en casa, tenemos que salir a ganar”, se empieza a despedir el de Langue, Valle, no sin antes recordar uno de sus principios innegociables al frente de este equipo: “Lo que no negocio es que el jugador se vuelva conformista, exijo compromiso, más allá de las condiciones futbolísticas de cada quien”.
El cierre no puede ser mejor. Claro, viene de la boca de uno de los consentidos del pueblo rojo. “Me siento bien en La Ceiba, en Vida, porque amo este trabajo, lo disfruto, me place y me hace sentir bien dirigir a este grupo”. Que se venga Olimpia, entonces…