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Opinión

La Copa América será espectacular

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Jorge Barraza

Por: Jorge Barraza ι  jabarraza@sinectics.com.ar
En julio próximo, cuando el crudo invierno austral se instale sobre la extensa geografía argentina, el futbol continental elevará su temperatura.

Allí, en la Copa América número 43 de la historia –empezó en 1916– estarán compitiendo 12 selecciones de gran tradición, siete de ellas ubicadas entre las primeras 30 del mundo.

Dice el Ranquin Mundial de la FIFA: Brasil 3º, Argentina 5º, Uruguay 7º, Chile 14º, Paraguay 24º, México 28º y Japón 30º.

Luego, en un lote más despegado, se encolumnan Colombia 46º, Perú 55º, Venezuela 57º, Ecuador 67º y Bolivia, como para hacer números redondos, se ubica en el puesto número 100.

Los favoritos, ya es habitual, serán Brasil y Argentina (reforzado por su condición de local y su necesidad de conquistas frescas).

Y está Uruguay, equipazo del derecho y del revés. Seguro va a defender a muerte el prestigio forjado en Sudáfrica.

El futbolista uruguayo no sabe jugar a media máquina. Va con todo siempre. Aparte hay un premio adicional: si el campeón fuera Brasil, el segundo irá a la Copa Confederaciones de 2013, a disputarse en la tierra de Pelé.

Brasil ya está en la grilla como anfitrión. Y ese torneo jerarquiza, entrega premios apetecibles, todos quieren asistir.

Los cuatro escalones en que fueron ordenados los equipos para desarrollar el sorteo estuvieron delineados con acierto y reflejan con realismo la actualidad del futbol suramericano.

En la línea un o, los tres cabezas de serie: Argentina, Brasil y Uruguay. Un peldaño después, Paraguay, Chile y Colombia. Luego, otro nivel con Ecuador, México y Japón. Por último, Venezuela, Perú y Bolivia, todos en ese orden.

Ecuador podría discutirle a Colombia ese lugar en la segunda línea del bolillero. Colombia no lo ha venido justificando en los últimos años.

Más allá de quién levante la Copa, la ocasión servirá para saber dónde está parado cada uno.

Ecuador sabrá si la llamada “nueva generación” verdaderamente está para continuar el legado de los bimundialistas.

Colombia tendrá una noción más precisa de –si tiene oportunidad concreta de clasificar al Mundial– saber si está realmente en ese segundo pelotón suramericano o si en realidad ya debe descender al tercer nivel.

Chile se enterará de cuán severos son los daños colaterales que produjo el cambio de presidente en su asociación que provocó la salida de Marcelo Bielsa.

Los entrenadores de los 12 seleccionados han confirmado que asistirán a la cita continental con el máximo potencial, por tres razones importantes:

1. Dos meses después de la Copa América dará comienzo la eliminatoria, de modo que será una espléndida puesta a punto y oportunidad inmejorable para medirse con quienes serán sus futuros rivales y no en partiditos amistosos: por los puntos.

2. En todo el cuatrienio, será la única vez que los técnicos tendrán a su disposición a los futbolistas durante 40 días para formar el grupo, ensayar variantes, armonizar un esquema de juego.

3. Nadie se arriesgará a que lo goleen y lo despidan antes de comenzar la eliminatoria por alinear suplentes. ¿Qué objeto tendría reservar a los mejores?

Años atrás, algunos técnicos acudían con formaciones emergentes. Eso ya no corre más, sobre todo porque la Copa se juega ahora cada cuatro años y en la temporada siguiente al Mundial.

Esto es: cuando comienzan los ciclos nuevos, cuando debutan entrenadores y arrancan nuevas generaciones. Ninguno quiere perder la ocasión de experimentar en tan rico escenario.

“Va a ser una Copa excepcional, sin dudas”, asegura el estratega uruguayo Sergio Markarián. Y se apoya, sobre, todo, en el momento que vive el futbol continental desde el Mundial de Sudáfrica, con muchos equipos competitivos.

Él mismo le hará dar un salto de calidad al futbol peruano. Markarián ha sido un triunfador en Uruguay, Paraguay, Grecia, Chile, México y Perú. El Perú que veremos en la próxima eliminatoria será muy superior al de la anterior. Lo que no le garantiza una plaza mundialista, Perú ha caído en un abismo.

Es posible que el joven e interesante entrenador argentino Gustavo Quinteros haga crecer a Bolivia, aunque le toca un terrible debut ante Argentina. Una derrota abultada podría generarle fisuras desde el “vamos” a su trabajo.

Venezuela, estamos persuadidos, va a seguir su lento pero paulatino crecimiento, aunque también cayó en un grupo durísimo.

Vale un párrafo para Japón, invitado de lujo. El mundo del futbol sigue mirando por sobre el hombro al medio nipón. Sin embargo asistió a los últimos cuatro Mundiales y en Sudáfrica ya mostró una imagen adulta, consolidada.

Algo más: el 8 de octubre, Japón enfrentó a Argentina en Saitama. No fue uno de esos amistosos donde reina el tedio y la intrascendencia. Se jugó a fondo y Japón venció por primera vez a la albiceleste. Lo notable fue cómo: con autoridad, merecimiento y buen futbol. No le ganó corriendo sino jugando. Y Argentina llevó todas sus figuras. Incluso Messi, quien hizo un excelente partido, pero no le alcanzó.

La próxima Copa América puede ser una Copa espectacular, posiblemente la mejor de la historia por la seriedad y el entusiasmo con que la han tomado asociaciones y entrenadores.

Ya estamos entusiasmados.

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