Hace más de 20 años, la Federación de Fútbol de Estados Unidos lanzó un proyecto para llegar a ser campeones del Mundo. El miércoles, el proyecto se quedó en eso al quedar eliminados del Mundial de Rusia de forma sorpresiva contra Trinidad y Tobago que había quedado fuera de la pelea fechas atrás.
Para lo que muchos creen que la Major League Soccer MLS, es de alta competencia, quedó evidenciado que la historia es otra y lo único que demostró con lo sucedido el martes fue el retroceso del fútbol estadounidense a nivel de selección se hizo patente.
El entrenador alemán Jurgen Klinsmann, que fue despedido el pasado noviembre después que el equipo había perdido los dos primeros partidos del hexagonal ante México (1-2), de local, y 4-0 ante Costa Rica, de visitante, había denunciado claramente que Estados Unidos no avanzaría en el apartado futbolístico mientras tuviese como base la aportación de la MLS.
Ese concepto y convencimiento, unido a la perdida de apoyo de los jugadores veteranos de la selección –todos en equipos de la MLS– fue lo que hizo que el presidente de la Federación de Fútbol de Estados Unidos, Sunil Gulati, se viese obligado a despedirlo.
Casi un año después los resultados y la eliminación con el equipo bajo la dirección del veterano Bruce Arena, el hombre que se enfrentó abiertamente a la filosofía de Klinsmann antes que fuese despedido y ocupase su puesto, permiten al entrenador alemán reivindicar su proyecto de buscar talento nuevo fuera de la MLS.
La imagen que dio Estados Unidos ante Trinidad y Tobago fue la peor que se recuerda desde principios de la década de los 80, muy inferior a cuando en el 20109 también perdieron frente al equipo caribeño, pero ya estaban clasificados para el mundial de Sudáfrica.
Algo que le puede ahora servir de atenuante y de justificación a Klinsmann, después de verse como la selección bajo la dirección de Arena no fue más eficaz, consistente o mejor que con el entrenador alemán, despedido, sobre todo al ver el ridículo y humillación que Estados Unidos sufrió ante Trinidad y Tobago.
Pero lo más grave que se ha visto en la selección bajo la dirección de Arena es la falta de entusiasmo, espíritu de lucha, disciplina y sacrificio que han tenido la mayoría de los jugadores en los partidos decisivos.
Precisamente, cualidades claves en la concepción del fútbol estadounidense que posee una gran fuerza física y preparación, pero carente de técnica, visión del juego y saber moverse por el campo sin balón.
El único que demostró que ha aprendido los fundamentos del fútbol fue el joven centrocampista Christian Pulisic, de 19 años, que juega con el Borussia Dortmund y que descubrió Klinsmann, que fue el que primero lo llamó.
De ahí la insistencia de Klinsmann de pedir que los jugadores jóvenes estadounidenses se fuesen a competir a Europa, no se quedasen en la MLS, una liga convertida en un cementerio de elefantes, que además compiten con reglas que nada tienen que ver con el fútbol mundial.
La eliminación de Rusia 2018 no sólo deja a Estados Unidos fuera de la elite mundial sino que confirma que el modelo de la liga profesional con 22 equipos, que será incrementada a 24 la próxima temporada, no les ha hecho ser mejores como selección si no todo lo contrario han retrocedido de manera alarmante en su nivel futbolístico.
La MLS, está demostrado es un show, donde se van a refugiar grandes ex figuras mundiales. Una liga que goza de un mercadeo impresionante que mueve a millones de aficionados, pero que en esencia no pasa ser una liga que no trasciende. En las nueve ediciones de la Liga de Campeones de la Concacaf, ningún equipo de la MLS la ha podido ganar, una muestra que la Liga MX sigue y seguirá siendo la más competitiva de la región.
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