Después de la tormenta llega la calma, escribió alguién una vez. Tres semanas después de concluída la Copa Centroamericana, en la cual Honduras no clasificó directo a la Copa Oro, Hernán Medford sostiene que aquello no fue un fracaso.
El entrenador costarricense, prefiere no citar los nombres propios y apenas esboza una sonrisa cuando se le pregunta por los que desentonaron en su Selección: “Algunos sintieron la camisa y a otros les afectó la presión”, dice el técnico que asegura dormir bien, ver mucha Liga Nacional y estar “descansando la mente un poquito.
¿No se ha levantado con alguna pesadilla, profesor?–
No, hombre. Si fuera mi primera vez como entrenador sí dormiría mal, pero son 10 años de experiencia y en este tiempo he aprendido a vivir con los éxitos y con los fracasos.
Fácilmente inflamable, el Hernán Medford post-Copa asegura que no toma los amistosos ante México y EE UU como una revancha, “sí como un reto.
«Es que no tengo que demostrarle nada a nadie, lo único que me preocupa es el aficionado hondureño, no uno o dos periodistas que me odian”.
¿Realmente la prensa fue tan dura, a tal grado que usted dijo que los habían tratado como criminales?
Sí. Una buena parte así lo hizo y no entiendo por qué ese hostigamiento, pero es que algunos medios lo tomaron como algo personal contra mí.
¿Será parte del regionalismo?
Claro. Y no se vale que si el técnico de la Selección es del Real España, los del Olimpia van a hablar muy mal o viceversa. Da tristeza eso, algo que solo había vivido en Yugoslavia, cuando se dio la guerra entre croatas y serbios.
¿Es complicado ser el DT de Honduras?
Es que, vea, hay algunos periodistas que se pusieron contentos con lo que le sucedió a la Selección, como que estaban esperando que me fuera mal para exagerar todo. Como quien dice ‘a Medford lo sentamos en la silla eléctrica y de ahí lo vamos a matar’.
En ese sentido, ¿pesará en su contra el hecho que es tico, por la rivalidad histórica con Honduras?
Puede ser que uno o dos periodistas lo vean así, es que no entiendo por qué tanta necedad. Acá se cuida más al extranjero de otras regiones en vez de cuidarnos nosotros como centroamericanos.
¿Cómo está su ánimo para seguir, sabiendo que se rumora la llegada de otro entrenador?
Es que no pierdo mi tiempo leyendo el amarillismo de la prensa deportiva, no me desgasto, no me interesa. Estoy muy tranquilo y si se me quiere juzgar por dos partidos perdidos, solamente siguen comprobando algunos que de fútbol saben muy poco. Sigo muy tranquilísimo. Esta semana se viene una nueva lista.
¿Habrá cambios?
Puede ser. Cada quien estará consciente de quién hizo las cosas bien y quién las hizo mal en la cancha.
¿Entonces habrá cambios?
Sí. Obviamente que sí. Uno da oportunidades y quien no las aprovecha sabe que la chance llegará para otro.
¿Pero seguirá con el recambio generacional?
Es que cuando usted ve en la cancha que hay jugadores que no asumen la responsabilidad, habrá que ver gente que ya estaba y rescatar a otros de la Copa Centroamericana. Pero, insisto, la puerta de la Selección no está cerrada para nadie.
¿Donis Escober tendrá su oportunidad?
La puerta de la Selección no está cerrada para ningún portero que ande en buen nivel.
¿Se tiene que afrontar estos amistosos ante México y Estados Unidos con lo mejor que tenemos, de la legión y de Honduras?
Sí. Se tiene que ir con lo mejor, aunque a veces uno piensa que una elección es la mejor y no resulta; uno se equivoca creyendo que elige lo mejor y a la hora de la verdad no era así. Eso pasa. Gerardo Ramos (gerente de la H) ya hizo oficial el llamado de Maynor Figueroa. El está trabajando con base en una lista de bloqueados que le di, pero la lista oficial la doy yo.
¿Usted firmó por un año, pero se imagina la crítica si pierde feo con México y EE UU?
Es que en mi mente no hay pensamientos negativos. Cuando llegué a Real España perdí los primeros partidos y todo mundo hablaba mal y les tuve que explicar que estaba en prueba de jugadores. Los partidos amistosos son para eso, para conformar la base que servirá en todo el proceso. Bueno, pero ni los amistosos parece que le dan tregua.
Ahora le tocan dos pesos pesados, ¿no? Sí, pero tal vez eso motiva más a los jugadores y cambian la mentalidad.
Mi mala suerte es que me tocó debutar en un torneo oficial. Si mis primeros juegos hubieran sido amistosos nadie estaría hablando tanto.