El técnico de México, Sven Goran Eriksson fue el primero en pasar migración y dejando su maleta en el control, hasta que el oficial de migración le dijo que había olvidado sus pertenencias donde estaba llenado los formatos para el ingreso.
Atrás de él, pasó toda la delegación, a los que más detuvieron para tomarse fotografías en su paso por los trabajadores del aeropuerto fue Nery Castillo, Omar Bravo y Memo Ochoa.
Un autobús estacionado en la misma pista del aeropuerto «Ramón Villeda Morales, esperaba a todo el equipo y salió rumbo al hotel de concentración y aquello se convirtió en una persecución como las mejores del cine de acción, entre camionetas de la policía nacional, de los medios de comunicación y unos cuantos automóviles de aficionados que persiguieron al pelotón, hubo de todo, hasta un accidente automovilistico.
Al arribar al hotel, unos 20 aficionados se acercaron a las ventanillas para llenarlos de insultos, la mirada curiosa de Pável Pardo era testigo de lo que sucedía a las afueras.
Ya dentro, el operativo fue rápido para que los jugadores subieran a sus habitaciones, entre elementos de seguridad del hotel y los guaruras de la FMF trataron de evitar contacto con los jugadores, pero sólo Andrés Guardado y Jonny Magallón se detuvieron a dar algunas declaraciones.
Después de las ocho de la noche, Sven bajó de su habitación para reunirse en privado con los dirigentes mexicanos.
