Para clasificar a la liguilla, Motagua depende de dos cosas: primero, ganar los cuatro partidos finales del torneo y, segundo, que sus rivales cercanos (Platense y Deportes Savio) no sumen de a tres.
La clasificación ya no solo tiene que ver con lo que hagan los Azules, pero el Mimado está trabajando con el hambre necesaria para no perderse la fiesta grande.
“Sabemos que aún queda una esperanza y no vamos a bajar los brazos hasta que se agoten todas las posibilidades”, dijo el delantero Roby Norales, quien este torneo suma dos goles; “han sido pocos los minutos que he jugado, pero creo que he hecho las cosas bien y trataré de estar en estos juegos que vienen. Quiero que Motagua pelee la final”.
La voz de Romerito
Por su parte, el asistente técnico, Ramón Romero, está cumpliendo funciones de segundo al mando del equipo.
Romerito comentó que “tenemos dos partidos consecutivos en el norte del país y esperamos planearlos bien. Ya tenemos información de los rivales, así que ahora trataremos de canalizar lo mejor posible la capacidad de los futbolistas y buscar ganar. Estamos con las posibilidades reales de clasificar y vamos a buscarlo”.
Primero, Motagua enfrentará al Atlético Choloma en el Rubén Deras y, luego, al Monstruo Verde del Marathón. “Choloma es un rival bien dirigido y no será fácil, pero vamos a pensar en cómo sacarle el máximo provecho a nuestros jugadores”.
Los últimos resultados entre Águilas y Maquileros son favorables al conjunto que dirige Juan de Dios Castillo: tres triunfos y tres empates. Edwin Pavón no ha podido superar al Azul Profundo. “Pavón es un estratega muy inteligente y tiene en su plantel a jugadores con los que viene trabajando desde hace tiempo, como Leo Isaula. Estamos claros que Edwin estudia bien a sus rivales y plantea bien a sus equipos”, concluyó Ramón Romero.