El presidente Obama oservó el partido que perdió Estados Unidos
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El presidente de EE.UU., Barack Obama, y el primer ministro británico, David Cameron, aprovecharon el sábado su reunión bilateral al margen de la cumbre del G20 en Toronto (Canadá) para saldar una deuda que tenían pendiente, unas cervezas.
Los líderes habían apostado, al comenzar el Mundial de Fútbol que se celebra en Sudáfrica, una cerveza al triunfo de sus respectivas selecciones en el partido que les enfrentó en la fase de grupos.
Los equipos empataron a un gol y ambos pasaron a octavos de final, Estados Unidos como primera del grupo C.
Al término de su encuentro bilateral de una hora, ambos hicieron unas breves declaraciones a la prensa acompañados de sendas botellas de cerveza, una escena inusual -al menos frente a los reporteros- en este tipo de reuniones.
Un sonriente Obama recordó a los periodistas que «dado que el partido terminó en empate, estamos intercambiando cervezas y así saldamos nuestras deudas».
Según explicó, él había optado por una cerveza fabricada en su localidad de residencia, Chicago, una «Goose Island 312», mientras que Cameron se inclinó por una «Hobgoblin».
El presidente estadounidense bromeó con el primer ministro acerca de la legendaria preferencia británica por consumir la cerveza a temperatura ambiente.
«Le he dicho que en EE.UU. nos tomamos la cerveza fría. La tiene que poner en la nevera antes de bebérsela pero me parece que le va parecer una maravilla», indicó Obama.