Tan larga como dramática, la historia de Honduras en eliminatorias mundialistas ha tenido diversas definiciones, pero ninguno de los episodios alegres ha sido bajo la mirada de la luz natural de la sofocante capital industrial de Honduras.
Salvo los caprichos de la naturaleza, hablar de la gran ciudad es hacer referencia a altas temperaturas y más en horas diurnas, en las que la
Selección nunca ha ganado un juego eliminatorio. Tres derrotas y un empate demuestran que la H no armoniza con los rayos solares de la tierra de los zorzales.
“Me acuerdo que jugamos a estadio lleno como a las 3:00 de la tarde en el Morazán y perdimos 0-1 contra México, pero nosotros estuvimos de igual a igual con ellos”, recuerda Raúl Suazo, al trasladar su memoria a aquel 28 de febrero de 1965, cuando Honduras comenzó sus malas estadísticas jugando de día en el norte.
Esos números negativos se engordarían casi un mes después (marzo 17 del mismo 65), fecha en que la Bicolor, que comandaba Raúl y su hermano Carlos el Calistrín Suazo, volvió a caer 0-1, ahora contra Estados Unidos. Con ese marcador sepultó sus ilusiones de clasificarse al Mundial de Inglaterra 1966.
El recuerdo más duro…
Sin embargo, aunque pasó mucho tiempo, esas dos derrotas catrachas no se quedarían allí, porque 36 años después el pueblo futbolero hondureño viviría uno de los golpes más fuertes de su historia…
El calendario marcaba 7 de octubre de 2001 y el Olímpico lucía pletórico para presenciar un “contundente triunfo catracho” ante una eliminada Trinidad y Tobago, pero los reiterados tubos y la mala fortuna sentenciaron un 0-1 que liquidó el sueño hacia Corea y Japón 2002.
“Fue el único partido eliminatorio que jugué en ese horario (diurno) y fue un día desastroso para el fútbol nuestro, porque no hicimos los goles y creamos un montón de oportunidades”, resalta Reinaldo Clavasquín, el entonces defensa de la H, que miró desde la banca (salió al minuto 52) la dolorosa anotación del trinitense Stern John.
De ahí, el último recuerdo diurno premundialista se suscitó para Alemania 2006, cuando Honduras apenas empató sobre la hora 1-1 contra Canadá.
Aunque Clavas enfatiza en que no es excusa, sí explica que “cuando se juega de día y bajo el sol, el rendimiento del jugador es otro porque hay mucha pérdida de líquido”.
Las estadísticas diurnas no son halagadoras, pero el equipo de Luis Suárez está mentalizado en revertir esa historia a partir de las 2:00 de la tarde de este martes…