Brasil derrotó el jueves 3-1 a Croacia en la apertura del Mundial con dos goles de Neymar, que se puso el equipo sobre los hombros para remontar un tanto en contra en los primeros minutos de juego.
Croacia fue un duro rival para Brasil, peleando de igual a igual con el pentacampeón desde el pitazo inicial y buscando la portería de Júlio Cesar con subidas rápidas por la derecha del atacante Ivica Olic.
«Fue mejor de lo que imaginaba», dijo Neymar a periodistas al final del partido. «Debutar en un Mundial con dos goles es una felicidad muy grande».
Los 63.000 espectadores que tiñeron de verde y amarillo el Arena Corinthians de Sao Paulo enmudecieron a los 10 minutos de juego, cuando el defensa brasileño Marcelo tocó un centro de Olic y anotó un autogol.
Pero Brasil despertó inmediatamente y salió a dar vuelta el resultado.
Animado por los gritos de la hinchada que no abandonó a su equipo, Neymar arremetió una y otra vez hasta que a los 29 tomó la pelota fuera del área, avanzó y batió al guardameta Stipe Pletikosa, que se estiró pero no pudo evitar el empate.
PENAL ENFURECE A CROACIA
Un dudoso penal sobre Fred cobrado por el árbitro japonés Yuichi Nishimura y fríamente ejecutado por Neymar a los 71 hizo saltar a todo el estadio de sus asientos, incluyendo a la presidenta Dilma Rousseff.
La decisión del árbitro enfureció al técnico croata, Niko Kovac.
«Si esta es la forma en que empezamos el Mundial, mejor nos vamos a casa», dijo en la rueda de prensa al final del partido. «Si eso es un penal no tenemos que jugar más fútbol. Juguemos baloncesto».
El mediocampista Oscar anotó el tercero en una jugada solitaria que terminó con un tiro raso junto al poste izquierdo en el tiempo adicional del encuentro correspondiente al Grupo A del torneo.
Croacia siguió batallando hasta el final, haciendo sudar al portero Júlio Cesar y su defensa.
Brasil necesitaba la victoria para conquistar a su hinchada desde el inicio del Mundial, cuyo costo de 11.000 millones de dólares enfureció a muchos en esta nación con pésimos servicios públicos como educación, salud y transporte.
La policía usó gases lacrimógenos y bastones para disolver una protesta contra el Mundial a pocos kilómetros del estadio. Al menos cinco personas resultaron heridas.
Y aunque después de miedos, protestas y vergonzosos atrasos los brasileños parecen haber finalmente entrado en ambiente del Mundial, la presidenta Rousseff fue abucheada en varias oportunidades durante el partido.
