Ve uno a este Manchester City y se frota los ojos. Necesariamente. Se mira la hoja de alineaciones, se remira, se vuelve la mirada al campo y uno no entiende nada: chequera tirada al barro para ser pisoteada. La nómina de nombres es tan asombrosa que no se comprende el nivel de equipo que se ve sobre el terreno de juego…
En su propio estadio, Real Madrid le pudo meter cinco en 20 minutos, ya que remató siete veces con una facilidad pasmosa, pues todo era caos y desorden en casa. Roberto Mancini metió a su equipo en defensa de cinco y puso en el medio a un rompedor y a dos creadores que no robaban ni una caja fuerte abierta. Consecuencia: con un solo jugador en el medio campo, el Madrid se paseó a su antojo.
El que perdona…
Habría goleado sin sacar el peine de la bolsa de aseo si el que hubiese llegado desde la segunda línea no se llamara Khedira, quien remató tres veces con comodidad, sin marca, y las tres lo hizo mal. Gracias a Karim Benzemá, entonces, se adelantó el equipo de José Mourinho al minuto 10.
Pero Madrid lo vio tan fácil que el partido se puso muy peligroso. Modric se paró, Di María también, Xabi contemporizó y Khedira se perdió entre tanta llegada inútil; con el Blanco más parado, City, que estaba desordenado pero tiene grandes individualidades, pudo medio armarse.
En cuanto las estrellas de los Citizens tocaron un poquito, el choque se complicó para los de Mou, castigados con su eterna especulación con el marcador, algo que suele realizar con enojosa frecuencia este Madrid, algo que ya le costó la eliminación en las últimas Champions.
Se vio un poco más a Silva y también a Agüero, que son palabras mayores. Pero Nasri paseó esa despectiva superioridad que le acompaña desde que algún osado le comparó con Zidane, y Touré se perdió tan atrasado, como único pivote, sin poder transmitir su potencia al resto del ataque Azulón. Así que el equipo inglés niveló un poco la situación, pero sin fe ni ardor.
Bajón madridista…
Lo que le suele pasar al Madrid en los partidos grandes es lo que le volvió a suceder: se arrugó, dio un paso atrás, o dos, y perdió el control. Volvió a intentar romper a la contra y dejó el mando al City.
En cuanto Silva agarró el balón, Madrid se vio encerrado sin solución de continuidad. Vivió el Madrid de Pepe y Ramos, no de sus laterales (muy flojitos) pero, sobre todo, de Casillas, que hizo una parada a Agüero que no era creíble.
Cortó el City las contras del Madrid a hierro limpio y el árbitro italiano Gianluca Rocchi, malísimo, fue sosteniendo el dominio inglés. No contento con eso, pitó un penal mucho más que dudoso y expulsó a álvatro Arbeloa, que tampoco estuvo muy listo en la jugada que el propio Kun supo culminar al 73. Eso sí, el Madrid se lo ganó a pulso con su premiosidad y dejar jugar, dejar hacer. Empate bastante justo…
Solo hay cupo para tres
A falta de una jornada para el final de la fase de grupos, solo tres de las 16 plazas para los octavos quedan por definir; los seis equipos que obtuvieron el pasaporte este miércoles se unieron al Shakhtar Donetsk, Bayern Múnich, Valencia y Barcelona, que lo consiguieron el martes, y a Manchester United, Oporto y Málaga, que lo hicieron con antelación.
El pleno español fue evidente y los cuatro equipos de la Liga de las Estrellas lograron progresar en la competición. Real Madrid lo hará como segundo, después de empatar ante el cuadro de Roberto Mancini. Borussia Dortmund no falló en ámsterdam y goleó a domicilio (1-4), para acabar como líder del grupo D.
En tanto, Málaga amarró el primer lugar del sector C. Plagado de suplentes, sacó un punto en Rusia, ante el Zenit San Petersburgo (2-2). El equipo de Manolo Pellegrini dispuso de una renta de dos goles en los primeros diez minutos, gracias al argentino Diego Mario Buonanotte y al uruguayo Sebas Fernández. Sin embargo, en la segunda parte Zenit reaccionó de la mano del brasileño Danny, que acortó distancias y de Víctor Fayzulin, que empató a cuatro del final; Milán, mientras, amarró la segunda plaza. Liderado por Stephan El Shaarawy, autor de dos de los tres goles, se impuso en Bruselas al Anderlecht, con un gol de chilena fuera del área.
Por último, París Saint Germain se apropió de la segunda plaza del A, que dominó a lo largo del torneo el Oporto, que amarró el primer lugar. El cuadro luso ganó con autoridad al Dinamo Zagreb (3-0). Y el B quedó también sentenciado, a falta de determinar el lugar que ocuparán finalmente el Schalke y el Arsenal, ya en los octavos de final.
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