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Opinión

Rodó la “Rueda”

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Reinaldo Rueda

Para muchos de los hondureños no fue más que una muerte anunciada; después de ese papelón donde solamente al portero le salió una oferta de trabajo, ¿qué más se podía esperar?, por dignidad, ética y su propio futuro debían de excluirse por no haber podido ir más allá del deber.

Discursó en una toma de posesión presidencial, iba a las fiestas de la sociedad más estreñida de las ciudades, se codeaba con los ricos y famosos de este lamentable paisaje, le daba de comer en la mano a la prensa parcializada; todos estábamos con él porque no podíamos estar en contra de nosotros mismos, los políticos le dieron una nacionalidad que nunca pidió, definitivamente el señor Reynaldo Rueda pasará a la historia como el técnico deportivo más apoyado de la historia hondureña, ya quisieran una alita de ese pollo los fisicoculturistas, los boxeadores o los judocas.

Se dice que perdimos con grandes, pero en una visión inversa casi le ganamos a Suiza con un equipo de “los muñecos”, Suiza que quería clasificarse ganándonos, más incentivado aún que cuando jugó contra España a la cual derrotó, ¡al posterior campeón!; medroso ante un Chile de chaparros, el “Lobo” retrasado, todo el equipo contenido, Pavón yendo y viniendo a su edad, para muchos aficionados fue una falta de respeto a lo que él se ha ganado a pulso en este país futbolero.

A última hora quiso cambiar las habilidades y potencialidades de unos hombres a los que nunca terminó de conocer, necio con un tal Espinoza que  la prensa televisiva vanagloria y los televidentes no vemos lo que ellos ven (gracias Noel, Muma, Wilson, Welcome, Sabillón). Una experiencia más que inhibe al pueblo de celebrar ser hondureño; con tanto jugador bueno ahora vino a decir que no le ajustaron tres años y medio ¡por qué no trabajó con hondureños!, no dio charlas deportivas, no capacitó técnicos, nadie aprendió nada, ¿qué dejó?, anduvieron solos los extranjeros haciendo lo que quisieron para que no miráramos lo que su bola de cristal decía: ¡terminemos y vámonos!

Despertemos señores; ¿y el partido por la vida buena del hondureño común cómo va?, últimamente no lo he investigado afondo, pero tengo la sensación que perdemos por goleada.

Por: Óscar Orlando Bonilla Landa Blanco
Paseo al Picacho, Tegucigalpa

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