Con la urgencia de alejar de sus oídos las incómodas golondrinas, los sotaneros de la general se armaron de su dura cancha y un lanzamiento fatídico en el epílogo del desafío para derribar 1-0 a la Máquina.
El Savio, sabiendo lo que se está jugando en este Clausura, encimó ferozmente al Real España desde el arranque del partido, pero, antes de su sonrisa final, en el camino se encontraría con una escena agridulce que sembraría el pánico en el Sergio Reyes. Sobre la media hora de juego, Franco Güity se metía por el segundo tubo para conectar un tiro de esquina peinado y llenarse injustamente la boca de gol… Sin embargo, tras una conversación con el línea y el cuarto árbitro, el central óscar Moncada se retractaba atinadamente de su decisión inicial para anular el festejo visitante y pintar de amarillo al delantero catedrático porque había metido claramente el balón con la mano.
El grito copaneco… Con ese aliciente más, los occidentales irían sobre el marco sampedrano y en el minuto 85 encontrarían premio a su insistencia e enjundia de siempre.
Luego de un penal evidente de José Tobías sobre Geovanny Mina, el brasileño Romario Pinto haría explotar el coloso copaneco con un certero disparo quemante que vencía la estirada del seleccionado Kevin Hernández.
Así, la tierra del Totoposte explotaba y celebraba un agónico triunfo que afrontó como si se tratara de una gran final y que mete presión a los equipos que pelean el descenso. Esto se pone bueno…