A continuación el texto integro de la entrevista en http://www.fifa.com/
Los cimientos del Estadio de Alejandría todavía están temblando. Emilio Umanzor, el seleccionador hondureño, apretó las tuercas a sus jugadores durante largos minutos en el vestuario, a la conclusión del encuentro perdido frente a Emiratos Árabes Unidos (0-1). Entre los Catrachos, los trapos sucios se lavan en casa.
Cuando el técnico centroamericano se presentó ante la grabadora de FIFA.com, ya había recobrado la calma; o al menos en apariencia, ya que por dentro le hervía la sangre. «Lamento que mis jugadores hayan hecho un primer periodo así», reconoció.
«En ningún momento han estado presentes mentalmente. Su reacción después del descanso fue buena, pero ya era demasiado tarde. Esos primeros 45 minutos han sido fatales para nosotros».
Tras la bonita exhibición que dieron ante Hungría tres días antes (3-0), el entrenador había avisado a sus discípulos: «Hay que mantener los pies en el suelo y saber que todavía no hay nada decidido», señaló entonces.
El volante ofensivo Mario Martínez, que había deslumbrado ante los magiares, esta vez estuvo muy apagado, por culpa del magnífico planteamiento dispuesto por Mahdi Redha. ¿Una de las claves del partido?
Una vez más, Umanzor no trató de exculpar a sus jugadores. «Mario Martínez es una pieza más del equipo entre otras. Efectivamente, lo ha frenado bien la defensa emiratí, pero sólo eso no debería bastar para desequilibrarnos».
«Vamos a disputar una auténtica final frente a Sudáfrica. Mis jugadores deben tenerlo muy presente». Umanzor, sobre su último partido
¿Pero qué ha podido ocurrir en apenas unos días? El seleccionador acabó dando una razón que podría explicar bastante el asunto: «No estoy buscando la más mínima excusa, pero nuestra preparación no ha sido fácil: la víspera de este partido tuvimos que convocar una reunión en plena noche. Algunos de mis jugadores habían mostrado un comportamiento inaceptable, y no podía dejarlo pasar. Recibieron su castigo y el orden volvió al grupo».
La necesaria reprimenda, no obstante, no impidió que sus pupilos mostrasen síntomas de nerviosismo ante los emiratíes. Sirva como triste símbolo de esa tensión la tarjeta roja que vio en el tiempo añadido Reinieri Mayorquín por un fuerte rifirrafe con Ahmed Ali, también expulsado (90’+4).
Ahora, los terceros de la CONCACAF, pese a su excelente arranque tras su primer compromiso, están obligados a disputar su último encuentro con el cuchillo entre los dientes.
Este sábado 3 de octubre, en el Estadio de Puerto Said, Honduras deberá evitar a toda costa perder contra los Bafana Bafana.
Por última vez, el riguroso Emilio no dejó alternativa a sus jugadores: ganar o esfumarse. «Vamos a disputar una auténtica final frente a Sudáfrica. Mis jugadores deben tenerlo muy presente.
El vencedor estará clasificado para los octavos de final, el perdedor caerá eliminado. Es tanto como decir que espero una gran reacción de orgullo por parte de mi plantel».
(Tomado de la página de la FIFA)