Enmedio de un gran cerco de seguridad y sin tener contacto con un enjambre de periodistas de ambos países, el martes por la tarde arribó a San José, procedente de Colombia donde estuvo concentrada ocho días, la Selección hondureña para su partido de este miércoles contra su par de Costa Rica.
Los jugadores y su entrenador, el colombiano Reinaldo Rueda, subieron a un autobús que los trasladó a su hotel y no dieron declaraciones a una numerosa cantidad de periodistas que les esperaban en las afueras del aeropuerto.
Una multitud de aficionados hondureños también se hizo presente para dar ánimo a sus jugadores de cara al partido ante Costa Rica.
Las autoridades costarricenses calculan que cerca de 3.000 aficionados hondureños estarán presentes en el estadio Saprissa, con capacidad para 20.000 hinchas, y hasta el martes han confirmado el ingreso por tierra de al menos 800 de ellos por la frontera con Nicaragua.
Este partido ha sido catalogado como de «alto riesgo» por la FIFA, por lo que las autoridades costarricenses no permitirán el ingreso al estadio con monedas, baterías, paraguas, lapiceros, radios, pólvora, entre otros objetos que puedan ser lanzados al campo o producir fuego.
Además, cámaras de seguridad y policías encubiertos vigilarán tanto dentro como fuera del estadio el comportamiento de los aficionados.
Regresan a tres que querían ingresar sin pasaporte La policía de Costa Rica interceptó el martes a tres hondureños que pretendían entrar a suelo costarricense sin pasaporte, para ver el partido eliminatorio de la CONCACAF, que disputarán la selección de Costa Rica y Honduras el miércoles, informaron fuentes oficiales.
Según un comunicado del Ministerio de Seguridad Pública, los tres hondureños indocumentados estaban cruzando por la montaña la frontera entre Nicaragua y Costa Rica, cuando fueron interceptados por la policía.
Los hondureños, identificados con los apellidos Rodríguez Martínez, Rivera Velásquez y Chivarría Sabillón, han sido devueltos a su país.