Los jugadores del club argentino Arsenal fueron liberados y regresaron el jueves a su país tras enfrentarse con la policía al final de un partido de la Copa Libertadores en Belo Horizonte (sureste), sede de la Copa Confederaciones en junio próximo y del Mundial de 2014.
El incidente es el último de una serie de episodios de violencia durante la Copa Libertadores de América.
Al término del partido que perdieron 5-2 ante el Atlético Mineiro de Ronaldinho Gaúcho, poco antes de la medianoche, varios jugadores del Arsenal se enfrentaron a patadas y puñetazos en la cancha con un grupo de policías militares.
Los policías respondieron con palos y uno de ellos apuntó un arma contra los jugadores.
«Los jugadores explicaron que querían tener una palabra con el referí, que fueron malinterpretados y que entonces hubo una reacción injustificada de la policía», dijo a la AFP el cónsul argentino en Belo Horizonte, José Cafiero, que asistió al partido y permaneció toda la noche con los jugadores retenidos en el estadio.
El tribunal de Justicia de Minas Gerais (Estado del que Belo Horizonte es capital) informó que «después del partido, jugadores y la policía militar -que intentaba proteger al trío de arbitras paraguayo- entraron en un conflicto que acabó arrastrándose al vestuario del equipo argentino. Fueron lanzadas sillas contra los policías y periodistas».
La coronel Claudia Romualdo, de la policía militar de Belo Horizonte, denunció que fue golpeada por un jugador de Arsenal en el pecho.
Ocho jugadores fueron identificados como autores y acusados de desacato y lesión corporal (Nicolás Diego Aguirre, Ivan Marcone, Alfredo Perez Damian, Martin Nervo, Milton Aaron Celiz, Dario Ismael Benedetto, Lissandro Exequiel López Dessypris y Jorge Alberto Ortiz)y llevados a un juzgado especial criminal dentro del estadio, informó el tribunal que divulgó el acta judicial.
El Arsenal fue multado en 38,000 reales (unos 19,000 dólares) de los cuales 26.000 reales serán destinados a entidades caritativas. El resto del dinero será utilizado para indemnizar a un periodista y dos policías por las agresiones, que recibirán el equivalente a 2,000 dólares cada uno.
La coronel renunció a una indemnización, pero exigió un pedido de disculpas de su agresor, identificado como Marcone por el tribunal.
El Atlético Mineiro pagó 30.000 reales de la multa como préstamo porque el Arsenal no tenía ese dinero en el país.
Los jugadores salieron con una advertencia válida por cinco años de que no pueden volver a implicarse en altercados, aunque pueden regresar libremente al país, explicó el cónsul.
La policía confirmó que el caso fue saldado. «No hay procedimiento posterior: en el estadio hay una comisaría, también actúa la fiscalía, un juez, y se produce una decisión que salda el asunto», dijo un portavoz policial a la AFP.
Después de las cuatro de la madrugada los jugadores pudieron salir del estadio, y a las 09H05 locales (12H05 GMT) viajaron a Argentina.
«Este tipo de incidente aumenta los cuidados que debemos tener», dijo a la AFP Pedro Trengrouse, analista de la Fundación Getulio Vargas y consultor de la ONU para la Copa del Mundo, al reconocer que todo incidente es visto con lupa en Brasil porque el país será sede de los principales eventos deportivos de los próximos años.
No obstante, «por lo que observamos, los preparativos están siendo hechos con un padrón de calidad en la seguridad», destacó.
La Copa Libertadores ha sido escenario de otros incidentes este año.
En febrero, un boliviano de 14 años falleció en un estadio de Oruro, alcanzado por una bengala lanzada desde el sector donde se encontraba la hinchada del club brasileño Corinthians. Doce hinchas brasileños continúan presos en Bolivia.
La Confederación Sudamericana sancionó al Corinthians a jugar la Libertadores sin hinchas, un castigo considerado ejemplar, pero que finalmente solo se aplicó para un partido.
Días después, en otro juego de la Libertadores en Montevideo, barrabravas del argentino Vélez Sarsfield ocasionaron destrozos en dos palcos del Estadio Centenario tras el partido que ganaron 1-0 al uruguayo Peñarol.
A inicio de marzo, hinchas del Palmeiras agredieron a jugadores de su equipo en un aeropuerto de Buenos Aires, por su derrota 1-0 frente a Tigre. El portero Fernando Prass recibió tres puntos en la cabeza.
El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, reclamó una mejora en la seguridad en los estadios de la región a fines de 2012, tras los incidentes en la final de la Copa Sudamericana-2012 entre Sao Paulo y el argentino Tigre, que denunció ser atacado en el vestuario en el entretiempo por agentes de seguridad del club brasileño.
«Estos incidentes deben ser una advertencia para los organizadores del Mundial (2014) y para todos los organizadores, de lo que pueda pasar», señaló Blatter.
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