La polémica estuvo presente en el juego entre Panamá y Honduras en el estadio Rommel Fernández.
En la agonía del primer tiempo, Roger Espinoza ingresaba al área y era tomado de la camisa por un defensa panameño. Cuando avanzaba hacia el arco, el lateral hondureño recibió una barrida al tobillo y fue derribado.
Los jugadores hondureños reclamaron penal sobre Espinoza pero el árbitro estadounidense Jair Marrufo se hizo de la vista gorda y pidió que siguiera el juego.
La jugada quedó en la retina de los más de 8 millones de catrachos que expulsaron su malestar en las redes sociales.