El negocio del fútbol ha dado vida ayer al primer capítulo de la gran novela del verano: “Wilson versus Olimpia”; de aquel endeble lateral derecho que llegaba del barrio Las Mercedes ceibeño directamente al equipo de Rafael Ferrari con 17 años, ya no queda nada, solo el recuerdo.
Al mediodía del miércoles, Wilson Palacios hizo temblar al país tras hacer oficial la ruptura de relaciones con el club que lo lanzó a la fama, que lo prestó en 2007 al Birmingham inglés y que finalmente lo vendió en 2008 al Wigan.
Representado en el país por su hermano Milton y por su barra de abogados hondureños, el Mago reclama el 10 por ciento que le corresponde por la venta a Wigan (1.2 millones de dólares) y otro 10 por ciento del traspaso entre Wigan y Tottenham (19 millones de dólares).
“Este martes fue el último día que la gente de Olimpia me dijo que no me iba a pagar”, expresaba vía teléfono desde la ciudad de Stoke el carrilero convertido en volante a petición de Edwin Pavón.
En defensa propia…
Enseguida, Rafael Villeda, tesorero del tricampeón, colgó en su cuenta de Twitter un mensaje que parece indicar novela extendida por un buen tiempo.
“En las próximas horas tendrán la versión oficial del Olimpia sobre los reclamos de la familia Palacios. ¡No hay nada de qué preocuparse!”.
Olimpia funda sus alegatos en un documento que firmó el futbolista para renunciar de forma consciente a los dos porcentajes. Wilson más bien se escuchaba sorprendido: “Nunca he renunciado a ese porcentaje. El fútbol es un negocio y todos los jugadores sabemos que tenemos derecho a esa porción de dinero cuando salimos al extranjero”.
– ¿Qué pasa, Milton, si Olimpia demuestra que Wilson renunció a sus derechos?
– Si presenta esos papeles, esto se acaba. Pero habría que llevar esa firma a un peritaje caligráfico. Sé que Olimpia hará una conferencia, pues ahí veremos si enseña esos papeles a la opinión pública.
El buró de especialistas en leyes de la familia Palacios sustenta la versión de Wilson en las leyes de la Liga Nacional: “El jugador tendrá el derecho a recibir el 10 por ciento sobre el monto de la transferencia internacional”, reza el artículo 17 (antiguo 50) de los estatutos de la Primera División.
Se murió el amor…
El baúl de los recuerdos empieza a coger fuego. El Harry Potter contribuyó a que el León consiguiera cinco títulos y peleó tres finales más. Pero hoy, el corazón blanco parece que empieza a cambiar de color en la figura que deslumbró con el Wigan y Tottenham, a tal punto que hasta de Real Madrid preguntaron por él.
“Estoy decepcionado de la actitud de Olimpia, siempre pensé que era gente seria y correcta, pero ya veo que no es así; como 15 veces les he preguntado y no me dan una respuesta clara, me dicen que vaya hoy, luego que venga mañana, después no me responden. Hasta de forma sorpresiva he llegado al país y nada”.
Los Palacios también miran el otro lado de la moneda. En el club (por donde pasaron Wilson, Milton y Jerry) todavía milita el menor del clan, Johny.
“Lo único que espero de todo esto es que no haya ningún tipo de represalia contra Johny. Quiero dejar bien claro que esto es entre Wilson y Olimpia y que Johny no tiene nada que ver”, pedía el mundialista con la H en Sudáfrica 2010, que cerraba el tema pretendiendo que la afición no lo vea como un mercenario.
“No soy un mal agradecido con Olimpia, solo que imagínense todo el dinero que ellos recibieron por mí y no sé por qué no me dan lo que me toca. Los presidentes deberían ver que nosotros tenemos detrás una familia. Solo pedimos lo que está en los estatutos”.
Una petición que viene desde hace cuatro años, pero que eleva el volumen al máximo hasta hoy. “Quisimos agotar el diálogo… pero se nos fue el tiempo”, explicaba Milton.
Uno de los consentidos de la parcialidad blanca no se ha tocado el sentimiento. Pide lo justo, asegura. Entonces, habrá controversia de lo lindo…
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