Chicharito Hernández anotó un gol, es marcado por Franklin Lucena
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Venezuela, que jugó 65 minutos con un hombre menos sobre el terreno de juego, empató 2-2 el martes como visitante de México, gracias a dos goles de Juan Arango en un partido amistoso en Ciudad Juárez, norte mexicano. El encuentro bajó de ritmo y los venezolanos nunca parecieron estar en inferioridad numérica, aunque en la segunda parte fueron más acosados por el ataque rival. Con el empate rompieron una seguidilla de ocho derrotas seguidas ante México desde 1938.
Arango (ms 7 y 41) convirtió por los sudamericanos, mientras por México lo hicieron Javier Hernández (m.34) y Giovanni Dos Santos (m.61).
En la primera mitad, los venezolanos que dieron un baile a los mexicanos en los primeros 25 minutos y cuando se quedaron con un hombre menos por la expulsión de Gabriel Chicero, se plantaron bien y tras ceder el empate, retomaron la ventaja.
Apenas en el minuto siete, Arando ejecutó de pierna zurda un tiro libre, inalcanzable para el arquero Guillermo Ochoa, quien se vio lento ante el potente disparo.
Venezuela se plantó sin complejos en la zaga, dominó de media cancha hacia adelante y pareció tener control del encuentro, pero en el 25, Chicero recibió una segunda tarjeta amarilla y fue expulsado.
México, que había fallado sus pases y los pocos disparos a puerta que tuvo, trató de sacar provecho de tener un hombre de más y en el minuto 34 empató; Elías Hernández puso un servicio a Javier Hernández, quien de cabeza convirtió.
Pero Arango tenía preparada una sorpresa; un disparo casi idéntico al primero y otra vez de zurda al ángulo, volvió a vencer a Ochoa para dar a los visitantes ventaja de 1-2.
México comenzó mejor en la segunda parte, mas volvió a carecer de contundencia. En el minuto 55 Elías Hernández echó la pelota fuera y en el 58, Edgar Dueñas falló en un golpe de cabeza.
En el 61, Pablo Barrera hizo una buena jugada individual y puso un servicio a Giovanni Dos Santos, con un remate preciso, cruzado, de pierna izquierda, para el 2-2.
Los hinchas salieron del aburrimiento en los finales, no por las acciones en la cancha, sino porque alrededor de una decena de aficionados invadieron el terreno y con trabajo fueron controlados por el cuerpo de seguridad, incapaz de controlar a otros que lanzaron objetos a los jugadores reserva de Venezuela.