Los jugadores "Cardenales" Sergio Otalora y Alejandro Bernal del Independiente Santa Fe tienen varios días sin cobrar
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Con estadios vacíos, amenazas de huelga por parte de jugadores que no reciben salarios desde hace meses y unos clubes profesionales sumidos en la bancarrota, el torneo profesional colombiano enfrenta una grave crisis, que el gobierno espera conjurar con nuevas medidas.
De los 36 equipos profesionales que compiten en el torneo colombiano en las categorias A y B, la mitad padece dificultades financieras, mientras que la asociación que agrupa a los futbolistas denuncia que el 80% de estos incumple obligaciones de seguridad social.
La precaria situación llevó, incluso, a que los jugadores del capitalino Santa Fe, líder solitario del torneo, ofrecieran a los directivos recibir sólo la mitad de su salario hasta que se normalice la crisis financiera del equipo.
El otrora poderoso América de Cali incumple en los pagos desde hace seis meses, y los jugadores del Once Caldas, campeón de la Copa Libertadores de América 2004, amenazaron con la huelga, aunque su intención fue conjurada con un arreglo temporal.
La Federación Colombiana de Fútbol señala que el déficit de los equipos asciende a 60 millones de dólares, y «algunos están incluso en grave riesgo de ser liquidados», según el presidente del organismo, Luis Bedoya.
El nuevo ministro del Interior y Justicia, Germán Vargas, radicó esta semana en el Congreso un proyecto de ley para que los clubes de fútbol se puedan convertir en sociedades anónimas y así generar nuevos ingresos.
De momento, los equipos han estado sometidos a normas que buscan combatir el ingreso de dineros del narcotráfico.
Sin embargo, periodistas especializados como Gabriel Meluck, editor deportivo del diario El Tiempo, consideran que la situación es compleja y va más allá de la ausencia de público.
«La mayoría de los equipos se acostumbró a subsistir del dinero del narcotráfico, fueron los negocios de fachada y ahora que las autoridades buscan sanear el deporte están ahogados», dijo.
Varios clubes son investigados en Colombia por supuestos vínculos con el narcotráfico, y algunos tienen bienes embargados en la Dirección Nacional de Estupefacientes.