Los cinco juegos consecutivos sin conocer la victoria, más su fatídico penal contra el España en la fecha siete, constituían una losa demasiada pesada como para que el heredero del Matador no exteriorizara su satisfacción ante el contundente triunfo sobre el Marathón.
Tras el 3-0 del domingo frente al Monstruo, Roger Rojas apareció con toda su sinceridad para explicar la valía de la victoria: “Doy gracias a Dios porque, créanme, que nos quitamos un peso de encima, necesitábamos ganar…”.
No había otra alternativa
Y es que la urgencia de ganar de Olimpia no era para menos, ya que su último triunfo en el torneo se había registrado el 13 de febrero (2-1 contra Platense), por lo que Rojas no esconde la tensión que se vivía en el interior de la cueva.
“Después del juego contra Choloma, el grupo se mentalizó en que el próximo partido era ganar o ganar, no teníamos otra opción, y gracias a Dios se lograron los tres puntos”, dijo un emocionado Rojitas, que marcó el tercer tanto de los Merengues.
Una carga sobre sus hombros
El atacante olimpista tampoco disimula que él particularmente tenía una cuota pendiente, puesto que su más reciente festejo lo había protagonizado en la fecha siete ante el Real España, cuando también falló un tiro desde los once metros.
“Sentía una presión que no tienen idea; después de que fallé el penal no había anotado y ahora se me dio el chance de abrir otra vez el marco y siento algo muy especial”, se sinceró, luego de firmar su cuarta celebración del Clausura.
Por tanto, al recobrar la sonrisa, tanto a nivel colectivo como individual, el atacante del León se ilusiona con que el rendimiento mostrado ante el Verde sea el común denominador en los próximos encuentros del campeonato.
“Esperemos que este sea el punto de equilibrio de nosotros, el punto en el cual miremos para adelante y podamos alcanzar la meta en las vueltas, que es conquistar el primer lugar”, despidió su diálogo Roger, que tiene su mente puesta en el duelo del sábado ante Victoria.