Luis Aragonés, el seleccionador de la Eurocopa, debutó el miércoles como comentarista en Al Jazeera. Su resumen del España-Suiza fue contundente: «No ganó el mejor y sí el que mejor gestionó el juego».
Sobre el jarro de agua fría que supone la derrota, dejó esta perla: «El cartel de favoritos hay que demostrarlo y mientras no lo hagamos no somos favoritos para nada». Para Luis, el problema «viene de lejos, no de ayer (miércoles)», refiriéndose a la euforia que acompañó al equipo hasta Sudáfrica.
Luis afrontó la incredulidad de los comentaristas árabes, que le preguntaron por qué perdió España. «Le faltó velocidad y movimiento del balón siempre. Suiza hizo lo que había previsto, defender con nueve y diez futbolistas y tratar de aprovechar un contragolpe, tuvo dos y lo logró en uno. España dominó, pero no tuvo la lucidez para gestionar el partido físicamente ni con una mentalidad ganadora».
Respecto al planteamiento y desarrollo del juego, Aragonés señaló: «Quizá con un medio en el centro del campo (jugaron Busquets y Alonso) hubiese bastado, pero lo cierto es que nunca tuvo España el convencimiento de Suiza, que siendo inferior supo siempre qué debía hacer».
Preguntado por si Del Bosque erró en los cambios, Luis comentó: «Puede que los hiciera tarde, pero no creo que fuera un problema de cambios sino de la mentalidad del equipo, que salió lento, no decidido a por el partido y lo pagó».
¿Le pesó a España la euforia con que llegó a Sudáfrica? Luis cree que sí: «El primer partido es importantísimo y hay que afrontarlos al 110 por cien porque si no lo ganas todo se complica. Y se complicó. Es probable que el problema venga de lejos, no precisamente de esta tarde (la de ayer). Nadie gana no ya un título sino un partido antes de jugarlo».
Pues ya no hay vuelta de hoja, entiende Luis: «Ya no queda otra que salir a jugárnosla. Quedan dos partidos y hay que ganarlos o nos eliminan del Mundial». Aragonés espera que el equipo «reflexione, haga examen de conciencia. Si cabía un error, ya lo hemos cometido. Pronto nos llega la obligación de no fallar». (Tomado de la Revista AS de España)