Siendo un hombre que en su etapa de futbolista se caracterizó por su magistral trato a la redonda, ahora, parado atrás de la “línea de cal”, no puede esconder que su escuadra debe elevar los bonos mañana para borrar la mala imagen que dejó plasmada el jueves en el Excélsior.
“Por el resultado y por lo del reglamento está bien, pero en el rendimiento no estuvimos bien, no fue bueno”, cortito, pero contundente, el DT olimpista Juan Carlos Espinoza evidencia su malestar con el desarrollo del 0-0 de su equipo ante el Platense.
Se perdió el control de la pelota… Si; aunque esa igualdad cosechada de visita lo deja con todo el panorama para pelear el título, ya que le basta un empate en su casa para sellar el pase a la final, el adiestrador Blanco está claro que en el 26 veces campeón el compromiso va más allá de eso.
Por tanto, pone el pecho para anticipar el reto de mañana en el Nacional: “Debemos cambiar y quitar un poco la imagen que dejamos el jueves en la noche porque, aunque no fuimos un desastre totalmente, no jugamos un buen partido”.
JC es un hombre natural hasta para expresarse ante los medios y no anda con rodeos para compartir con el mundo blanco cuáles fueron los detalles del juego que no le agradaron para nada.
“Se perdió el control del balón, uno se dedica más a marcar y a controlar el pase largo que tenían ellos hacia Javier Estupiñán y después la segunda jugada con Méndez, que es un jugador que tiene buen regate y buen pase; entonces nos complicaron bastante”, reconoce para luego situarse en el duelo de mañana en la tarde (4:00 PM).
A cambiar 180 grados
Entonces, una vez descritos los yerros de la ida, él se proyecta en el tiempo para advertir que en su cueva, el León debe aferrarse a su categoría histórica para no dejar dudas sobre el pasto del Nacional. “Se debe mejorar en todo, porque es el partido de vuelta y ya no hay más camino (en la semifinal).
El camino se termina cuando el árbitro da los 90 y el tiempo extra y esperemos que en ese tiempo nosotros podamos resolver a favor nuestro y podamos pasar a la final”, aclara JC.
Eso sí, esta vez será diferente, porque con un Nacional lleno y con un marco espectacular, el entrenador Albo no tiene duda que esa es una arma muy importante que juega a favor porque “los jugadores siente ese estímulo y esas ganas de poder darle una satisfacción a su afición”.
El sueño solo es posible con la final… Ese cero a cero de la ida dejó todo en el aire para la vuelta de mañana en el coloso capitalino y genera la intranquilidad hasta de las horas de sueño del propio timonel de los Albos, que reconoce que hasta no visar el boleto a la final no puede relajarse por completo.
Entonces, cerró su intervención con una confesión: “Dormir tranquilo hasta que uno salga bien mañana porque es el último juego (de semifinal), por eso les decía que hay que ir partido a partido porque podés pasar, pero te podés quedar, entonces es decisivo el juego”.