No es raro que el fútbol traspase fronteras y creencias, pero sí que traspase cientos de metros de roca pura y llegue a las entrañas de la tierra para llevar toda su alegría. Y fue precisamente eso lo que comenzó a suceder el 5 de agosto pasado, cuando un derrumbe en la mina San José, en pleno desierto de Atacama, Chile, sepultaba a casi 700 metros de profundidad a 33 mineros.
Mayor fue el drama y la sorpresa cuando se supo que uno de ellos era Franklin Lobos, de 53 años, quien brillara como volante en el fútbol chileno durante los ‘80 y ’90. De respetable pegada como pateador de tiros libres, jugó profesionalmente entre 1982 y 1995 como volante en Deportes La Serena, Santiago Wanderers, Regional Atacama, Deportes Iquique y Cobresal,donde compartió vestuario con Iván Zamorano, cuando el goleador chileno recién iniciaba su carrera en 1987 y 1988. Apodado “El Mortero Mágico”, vistió incluso la camiseta de la selección chilena en el torneo clasificatorio para los Juegos Olímpicos de Los Angeles 1984.
Frases de aliento
Tras 17 días incomunicado junto a sus compañeros, vino el milagro que indicaba que los 33 mineros (32 chilenos y uno boliviano) se encontraban con vida, sanos y salvos. Las expresiones de solidaridad y ánimo del mundo del fútbol hacia Lobos y sus compañeros no se hicieron esperar y por estos días, cuando el rescate fue finalmente consumado, van en aumento.
«Me parece que abajo, ahí atrapado, adquirió eso que se le veía cuando jugaba. Es un hombre muy temperamental, que se echaba al equipo encima y que seguramente fue muy importante para mantenerse vivo allá abajo. Él era la figura del equipo y yo apenas entraba algunas veces. Recuerdo que los tiros libres los golpeaba con el tobillo, dándole un efecto especial a la pelota que nunca volví a ver en otro jugador», recuerda el ex goleador y capitán de la Roja, Iván Zamorano.
«Gracias a todos por sus palabras, gracias a toda la hinchada. Espero, ojalá, salir luego. Agradezco mucho a todos, también a Iván Zamorano», expresaría Lobos en un contacto desde las profundidades, quien tras haber dejado el fútbol condujo taxis, arregló vehículos en su taller mecánico y que el día del accidente manejaba un bus a más de 600 metros de profundidad en la mina trasladando a sus compañeros de trabajo.
Muchos ex futbolistas y entrenadores que conocieron de cerca a Lobos, los señalan como una pieza clave en la lucha ganada por la supervivencia de los 33 trabajadores. “Seguramente, Franklin les contó alegrías y penurias de su carrera tratando de alivianar la situación y para que tuvieran el mejor ánimo. Sus anécdotas, de seguro, dieron vida a los mineros. Franklin los debe haber animado con la esperanza de que tarde o temprano los iban a encontrar y a rescatar”, dijo su ex entrenador en Cobresal y Regional Atacama, Manuel Rodríguez.
Muestra de solidaridad
Dentro de las fronteras de Chile, el país se ha conmocionado y el fútbol no ha estado libre de ello. El técnico de la selección chilena del fútbol, el argentino Marcelo Bielsa, envió a Lobos una camiseta firmada por él y por las estrellas del combinado nacional. Mayoritariamente hinchas de Colo Colo, los mineros no tardaron en enviar a la superficie una carta en que indicaban que 20 de ellos eran de las filas del Cacique. Los ídolos albos reaccionaron rápidamente y enviaron también sus camisetas para los mineros firmadas por todo el equipo.
Lejos de allí el artillero español David Villa, proveniente de una familia minera de Asturias, también aportó lo suyo y envió a los trabajadores dos camisetas del Barcelona firmadas por él, con la leyenda “Ánimo Mineros”. Del otro lado de La Liga, la reacción no se hizo esperar y el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, ya anunció que invitará a los 33 a presenciar un partido al Santiago Bernabéu. “Queremos ofrecerles el cariño y el reconocimiento de toda nuestra afición. Para nosotros sería un honor recibirlos para celebrar su triunfo de vida. Para el Real Madrid, su triunfo será nuestra victoria”.
Pero todo no termina all en la increíble historia de Lobos y sus compañeros. De hecho, el primer rescatista que descendió a iniciar el rescate fue Manuel González, un ex futbolista de O’Higgins al que enfrentó con Cobresal en 1984. Otra coincidencia más para quien, días antes, llegó a comentar por radio el amistoso internacional entre Chile y Ucrania. Sí, el primer comentarista futbolístico mundial desde el centro mismo de la tierra…
Afortunadamente, todas estas anécdotas forman ya parte del pasado. Con el esperado y celebrado rescate consumado entre los días 13 y 14 de octubre, los trabajadores de la mina se preparan para cosechar lo que sembraron durante los últimos 70 días. Y el fútbol, como la sociedad entera, los recibe con los brazos abiertos.