En Honduras, las mentes retrogradas se oponen al progreso de la Liga que hace tiempo debió dejar de tener solo diez equipos y buscar expandirse para evitar el colapso final.
Empezando por poner orden en casa –respetar los calendarios- hacer mejores programaciones –horarios de fin de semana- y sobre todo, con más participación positiva de la prensa que vive del producto que critica constantemente, la Liga Nacional puede existir con 12 y hasta 14 equipos.
El viernes, la MLS, hizo el anuncio que aumentará de 20 a 24 equipos y que en el futuro se podría expandir a más.
El fútbol es buen negocio. Todos los involucrados debemos poner nuestra parte.
En Estados Unidos donde resido, las alcaldías, los gobernadores y gobiernos estatales co patrocinan a los equipos. Con esta ayuda, como ser la conseción de estadios, excensión de impuestos, los clubes sobreviven y con programas para atraer aficionados y patrocinadores se mantienen en competencia.
En Honduras, el fútbol es la mayor atracción de los hondureños y la Liga Nacional es la cantera de la Selección que bien o mal, ha estado en dos Copas del Mundo consecutivas a nivel mayor y en juveniles, se está convitiendo en una constante, lo que indica que materia prima existe, lo que hace falta es sacarle provecho a todo ello.
Ligas del área que pregonan de tener ligas con mejor organización, mejores ingresos económicos por conceptos de publicidad que la hondureña, no alcanzan ni siquiera la fase final de las eliminatorias ni qué decir a niveles juveniles a excepción de Panamá que a nivel menor se ha convertido en una potencia.
Es urgente un cambio de mentalidad, determinación y más compromiso de los ejecutivos de la Liga para devolverle la credibilidad que ha ido perdiendo en los últimos años, por la falta de liderazgo y autoridad para hacer cumplir las normas que la rigen como ser, el estricto cumplimiento de los reglamentos, calendarios y fechas de los partidos.
Mientras la dirigencia de Liga Nacional no se rija por lo anterior, no habrá patrocinadores que quieran anunciarse, no habrá afición en los estadios y entonces, el fútbol de Primera División empezará a agonizar, todavía se puede rescatar. Hay que hacer un esfuerzo todos. Por: Samuel Talavera
