El tiempo avanza irreversiblemente hacia la hora indicada y en el campamento blanco solo están a la espera del silbatazo de Héctor Rodríguez para comenzar a vivir el partido más ansiado del mes…
Sabiendo de la dimensión que representa un clásico, el pelotón que lidera Juan Carlos Espinoza realizó ayer su penúltimo entrenamiento de la semana, con la brújula puesta en el acérrimo rival: Motagua.
Es indiscutible que la motivación para un partido de esta magnitud es otra y todos, por supuesto, se ilusionan con registrar su nombre en el juego de la fecha. “Estos son los partidos que todos quieren jugar, ahora me toca estar en el de la capital y debo hacerlo de la mejor forma”, dijo el exvolante del España, Jairo Puerto, que vivirá su primer clásico capitalino.
Los clásicos simplemente se ganan… Aunque para el mediocampista será su estreno en los derbis entre Blancos y Azules, en el pasado disputó los clásicos sampedranos entre Real España y Marathón, por lo que sabe que en un derbi está de por medio algo más que tres puntos. “El clásico ya se sabe que hay que jugarlo y ganarlo, estos encuentros no se juegan, se ganan. Son partidos de mucho coraje, de ida y vuelta y se juegan más con corazón, desde el primer minuto hasta el 90”, dictamina el último fichaje de los Albos.
Un sentimiento unificado
Ese pensamiento en la cueva es unánime, tanto de los que se vislumbran jugando mañana en el Nacional como de los que no tienen ninguna posibilidad de jugar, pero que utilizan su experiencia para acentuar el compromiso en un juego de esta magnitud.
Ese es el caso de Reinaldo Tilguath; que, aunque no estará en el encuentro, aprovecha su colmillo para exteriorizar su mensaje a la plantilla.
“Los clásicos tienen eso, que no importa cómo llegue Motagua y cómo llegue Olimpia, porque el juego es distinto, es complicado para los dos. Es un clásico y los clásicos hay que ganarlos”, dijo el volante, que aún está recuperándose de su lesión..