Era la noticia más esperada. La vuelta que los aficionados soñaban. Y en la primera práctica del 2013 del equipo argentino, apareció Juan Román Riquelme por el entrenamiento.
Pero sin sus botas. Ni su bolso. Y con la firme convicción de que su postura de no regresar a Boca era inmodificable.
“Le dije que no a la propuesta de Bianchi y del presidente. Estoy muy agradecido con ellos, que intentaron convencerme de que vuelva, por eso vine a comunicarles mi decisión personalmente. Pero cuando tuvimos la primera reunión, en la casa del entrenador, también les dije que era muy difícil que cambiara mi postura. Tengo palabra y a Boca no vuelvo. Soy una persona de palabra, a mí me criaron así. Además, estoy muy contento con la vida que llevo desde septiembre”, afirmó.
Antes de irse de La Bombonera, Román aclaró: “Si tengo la posibilidad de seguir jugando al fútbol, lo haré. En el fútbol argentino, no creo”.