Una vez más, la Federación de Honduras está exponiendo la imagen del país como una nación mendiga al tener que esperar que el colombiano Luis Fernando Suárez resuelva su situación migratoria para poderlo firmar como entrenador de la Selección Nacional.
Una Federación dos veces mundialista no está actuando como tal al empecinarse en querer contratar a un técnico al que, por una u otra razón, el Departamento de Estado encargado de otorgar las visas para extranjeros no concede ese privilegio a Suárez.
El técnico en un arranque de ira y hasta soberbia- de la cual tiene fama y en Ecuador hay muchos antecedentes- se atrevió a exigir a las autoridades hondureñas a que actúen como patrocinadores para gestionar su visa ante la Sede Diplomática de los Estados Unidos en Honduras.
Esa desfachatez solo se puede dar en Honduras, donde cualquier sujeto-como Suárez- se atreve a exigir sin tener méritos para tal y todo, por la complacencia y falta de dignidad de los miembros de la Comisión de Selecciones y de la Federación que están empecinados a que a toda costa tiene que ser un entrenador colombiano el que dirija a la Selección de Honduras.
Es hora ya, de olvidarse de este sujeto, que salió por la puerta de atrás a media eliminatoria para el Mundial de Sudáfrica aún y cuando, para Alemania 2006 había logrado hacer un buen papel, su endiosamiento llegó a extremos de querer tener un control absoluto de la Selección ecuatoriana, hoteles de concentración, aerolíneas para traslados, giras constantes al extranjero para estar de cerca de los jugadores lo que al final, contribuyeron para su salida y llegara al rescate Sixto Bizuete, ganador de la Medalla Oro en los Juegos Panamericanos de Brazil.
Señores de la Federación la autoridad que están embestidos no les otorga el derecho para pisotear la imagen y la dignidad de un país que merece respeto y no debe ser atropellado por tipos como Luis Fernando Suárez a quien y por algo, no le conceden la visa para entrar a los Estados Unidos.