Bloque a bloque, Julio Gonzales supo construir la estructura que le regaló a la Jaiba el primer título de su vida; “llegamos un año antes y fuimos agregando piezas de nivel internacional”, cuenta el profe, hasta que La Ceiba dio a luz al equipo que se atrevió a romper los paradigmas y quitarle el dulce de la boca al Olimpia de Malinowsky…
Diecisiete años después, el hombre del bigote espeso y lleno de fútbol atiende a EL HERALDO y repasa la actualidad de una finalísima hondureña que junta a dos equipos que le tienen tanto que agradecer. “Igual, no tengo un favorito. Les deseo suerte a los dos”.
¿Qué tenía aquel Victoria que maravilló al país, profe? La dirigencia nos dio tiempo y apoyo para armar el mejor equipo. Los últimos en llegar fueron Raúl Martínez Sambulá y Floyd Guthrie, seleccionados nacionales en sus países, que se sumaron al capitán Renán Aguilera, a la clase de álvaro Izquierdo y Enrique Reneau, al temperamento de Erick Fú y Geovany Gayle…
Un equipazo, profe. Sí. Tipos de gran valía. Roberto Carlos Padilla a la meta; la polifuncionalidad de Javier Martínez, repatriamos a José García de Cremas, Juan Reyes Grueso, Miguel Bernárdez. Era un buen plantel, pero sobre todo un equipo al que no le pesaba jugar en ninguna cancha.
Ni siquiera el Nacional lleno (en la vuelta de la final ante Olimpia) ni el favoritismo con el que llegaba Olimpia los pudo intimidar, ¿eh? Nos apoyamos en la experiencia de los jugadores, cuyo promedio de edad era de 28 años, y sabíamos que lo que no teníamos que recibir era un gol de local; con el 0-0 en la ida muchos nos daban por muertos, pero nos teníamos fe para hacer el gol que ocupábamos y así llegó gracias a Enrique Reneau.
¿Y ahora cómo ve la previa, sabiendo que ya no vale doble el gol de visita, como aquella vez? Son casos distintas: lo de Victoria es muy meritorio por los problemas económicos que ha tenido y Olimpia ha predominado en los últimos años, ha estado en las últimas siete finales y está muy bien. Pero son dos juegos y el ganador nunca se sabe antes.
¿Qué argumentos le ha visto a este Victoria? Antes que nada, que tiene un técnico con mucha experiencia en el fútbol nacional y que agarró al Victoria en una situación muy comprometida con el descenso y al que todo mundo lo daba por deshauciado. Hay que felicitar a los directivos que vieron que Héctor Vargas era el hombre y que lo respaldaron. Yo lo enfrenté a Vargas y me parece que es un entrenador que sabe parar muy bien a sus equipos.
Bueno, del otro lado está un antiguo alumno suyo: Danilo Tosello. A él lo conozco desde que jugaba en Tigres, allá por el 97, y yo dirigía a Puebla. Luego pasó a Defensor Sporting de Uruguay y seguía haciendo goles; cuando llego a Olimpia, ocupábamos un jugador de perfil zurdo, que le pegara bien, empecé a preguntar por él, además me lo recomendaron como persona y, luego, se aburrió de hacer goles y ganar finales como jugador…
¿Presentía que iba a ser un buen técnico? Por lo general, el futbolista que es pensante y sigue metido en esto después de su retiro tiene muchas posibilidades de sobresalir. Con una pizca de suerte, que siempre la necesitamos todos, y condiciones de trabajo, tenemos otros ejemplos, como los de Nahún Espinoza, Juan Carlos Espinoza, Alex Pineda, todos talentosos y que han salido buenos técnicos.
¿Alguna vez Tosello habló con usted de táctica, siendo jugador? Siempre fue una persona callada, pero más de alguna vez me preguntó por qué usaba esa o aquella táctica. Lo mismo que la última vez que fui a Honduras, estuvimos cenando y me preguntaba por cosas de sistemas y todo eso.
El adiós, a toda final
La piel del uruguayo, que espera volver a estar vigente después de su último paso por el fútbol guatemalteco (que le recuerda infinitamente, sobre todo por los títulos con Cremas y Jalapa), se pone como las púas de un erizo cuando se le insiste por un favorito para este próximo domingo.
“No. Eso es cosa de la prensa. Ojalá que ustedes, periodistas deportivos, y la afición, que son los que lo van a vivir, disfruten dos lindos partidos. A veces las finales son muy cerradas, pero ojalá que haya goles y que gane el mejor.
¿Lo va a ver, profe? Estaré en casa tratando de encontrar un link en Internet para verlo, porque me encanta el fútbol, sobre todo cuando se miden dos equipos a los que he dirigido y en los que he dejado grandes recuerdos. Solo deseo que gane el mejor y que esté emocionante la final.
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