Los buenos filósofos del fútbol dicen que los partidos se definen en las dos áreas del campo y, allí, Olimpia y Marathón llegan con dos hombres que traen la suficiente pólvora como para encender la locura en el clásico de esta noche en el Morazán. En la cueva del León, Ramiro Bruschi ha iniciado a tambor batiente el Clausura con un par de festejos en igual número de apariciones; pero, en la guarida del Monstruo, Marco Tulio Vega no tiene nada que envidiarle, puesto que se despachó con un doblete en la primera fecha ante Platense.
Ambos saben que vienen en plan grande y total armonía con las celebraciones y cada uno lo toma a su manera. “Gracias a Dios he comenzado bien y esperemos que sigan viniendo los goles como han llegado hasta ahora”, describe el delantero del Olimpia, quien da paso al atacante Verdolaga para exponer con cautela: “Bueno… uno como delantero siempre trabaja para hacer goles y para aportar con nuestro trabajo al grupo”.
Todo un clásico…
Con esos números en sus hojas de vida y con sus peculiares formas de exteriorizar su alegría, ellos se trasladan al futuro cercano para vislumbrar el juego de hoy en la gran ciudad.
“Se viene una visita muy difícil, sabemos que es un rival muy duro, porque Marathón es un equipo grande, es un clásico y a nadie le gusta perder estos partidos”, cuenta el uruguayo de los Blancos, quien le marcó al Vida y al Choloma.
En la contraparte, aparece el atacante originario de Utila para sentar su posición respecto al desafío de hoy: “Olimpia es un equipo que siempre juega a proponer, de eso estamos conscientes, pero nos estamos preparando para contrarrestarlos y superarlos en todas las líneas para ganar el partido”.
La fineza será vital
Sí. Los dos artilleros reconocen que para salir con una sonrisa del coloso sampedrano deben estar afinaditos en todos los sectores del campo, pero tampoco desconocen que esa pulidez se requiere aún más en la parte explosiva, justamente en donde ellos se desempeñarán. Vega toma la palabra para reforzar esa tesis: “Estamos mentalizados en que debemos concretar la más mínima oportunidad para no pagarlo caro al final del partido”.
Un charrúa y un hondureño; dos delanteros que traen el gol en el rabillo del ojo y solo están a la espera del pitazo de Erick Andino para seguir enriqueciendo su cuota goleadora, aunque destacan que en estos juegos “no importa si se marca o no, porque lo importante es que el equipo salga con el triunfo”.
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