La tarde del 13 de octubre de 2012, Pepe Treviño se sacó debajo de la manga a un chico llamado Brayan Figueroa. Este cipote apareció de titular en la lateral derecha.
Desde que tocó el balón, se le vieron sus características. Brayan se miraba encarador, explosivo, dinámico y, aparte de ser defensa, mostró vocación ofensiva; ese día, los Azules cerraron la tarde empatando 2-2 con el Vida, pero para Figueroa fue como un triunfo. él tocaba la gloria al haber debutado en Primera División. “Fue un momento muy lindo para mí haber jugado esos 45 minutos”, dijo ese día a EL HERALDO.
Desde entonces, Figueroa se quedó con ese sentimiento terrible por seguir sudando la Azul más y más. En este momento, el sampedrano viene jugando como titular y tiene en la banca al veloz Odis Borjas y al incansable Nery Medina. “No lo veo de esa manera, yo le guardo mucho respeto a mis compañeros y Odis es una gran persona y un gran futbolista; yo trabajo al igual que todos, con humildad y solo pensando en que deseo jugar. Esto apenas es el comienzo de mi carrera”, aseguró.
Corazón catedrático…
Brayan nació en una familia donde todos son seguidores de Real España. La Máquina es su religión, pero nunca se le dio la oportunidad de vestir los colores aurinegros. “La verdad es que siempre he sido Real España, pero nunca se me abrió la oportunidad para jugar ahí. Admiro a jugadores como Carlos Pavón, por su destacada trayectoria, pero también siento mucha admiración por Amado Guevara. Ellos dos siempre han sido un ejemplo para nosotros”.
Añadió, luego, que “la mayoría de mis familiares son seguidores del Aurinegro, solo tengo un tío por parte de mi madre que es Motagua… je, je”.
Una infancia, una pelota
De niño, Figueroa jugó con pelota de plástico, recorrió de arriba para abajo todas las canchas sampedranas y conoció en carne propia el rigor de pelear por un ascenso a la Segunda División.
“Hace dos años que llegué a Motagua y mis inicios fueron como los de todos, en categorías menores. Mi primer equipo fue Juventus y luego pasé a Platense Júnior de la Liga Mayor; Clavasquín me vio en un partido allá en el norte, le gustaron mis condiciones y dio el visto bueno para que me trajeran a Motagua”, contó sin titubear. Cuando vino a la capital no le costó adaptarse.
En 2010, Brayan coincidió con Alfredo Mejía en el instituto Don Bosco de San Pedro Sula. Ambos fueron compañeros de colegio. Figueroa todavía jugaba potras en el recreo, pero Alfredo ya era un jugador profesional. “Mejía ya era futbolista profesional de Real España y yo era semiprofesional”. Estaba en Liga Mayor.
Como pasa muchas veces, los futbolistas no juegan en la misma posición de sus orígenes. “De niño comencé jugando como defensa central, luego pasé a ser volante derecho y al final en Platense Júnior me retrasaron un poquito y me quedé como lateral derecho. Ese es mi puesto actualmente, aunque me siento cómodo en todo el campo”, arguyó.
De los Figueroa, solo Brayan alcanzó a debutar en Liga Nacional. Su papá estuvo cerquita. “Mi padre, óscar Figueroa, estuvo a finales de los ochenta en Marathón, pero no alcanzó a debutar por circunstancias personales. Yo soy el único que ha llegado a jugar en Primera y no me quiero quedar así, también quiero ser campeón”.
Ejemplos de vida…
Figueroa es seguidor del fútbol de gran nivel. El FC Barcelona con todas sus estrellas es su admiración y en su mente se ve rozándose con las grandes estrellas mundiales. “Mi mayor referente internacional es Dani Alves, pero también admiro a laterales como Will Barahona y Odis Borjas, quienes trabajan de una forma impecable”.
Profundizando un poco más en Alves, el jugador Azul nos dijo que “me gusta su frialdad e inteligencia a la hora de tener el balón y llegar a la línea de fondo. Esos futbolistas como Dani tienen mucha tranquilidad cuando juegan y marcan una diferencia cuando más los necesita su equipo”.
Las metas bien marcadas
Lo impresionante de este cipote es que de ocho partidos que ha disputado, en todos ha salido de titular. “Mis metas personales son seguir de titular en Motagua porque la competencia es dura aquí, también aspiro a llegar a la Selección algún día y salir al exterior”.
Con Juan de Dios Castillo, Figueroa se mantiene en su puesto. Todo indica que terminará el torneo jugando. “El profe es una gran persona y me ha dado la confianza para seguir en la banda, al igual que al resto del plantel; él nos dice que luchemos porque nadie es titular en este equipo”.
El miércoles que viene, el Ciclón jugará ante Choloma en el norte y Brayan espera ser de la partida y si es posible marcar su primer gol. “Tengo la plena confianza que clasificaremos a la liguilla. Esa es la misión que tenemos”.
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