Jorge Claros (I) persigue a Chris Wood junto a Edder Delgado
La Selección de Honduras, con un equipo resentido por el viaje, con varias ausencias, pero con una entrega sin límites igualó 1:1 contra Nueva Zelanda con todas sus estrellas, con un árbitro parcializado (Peter O´Leary) en el estadio New Harbour, en Ouckland. Es un resultado alentador que deja como lección, que en la Bi Color juegan los que quieren la camiseta, no importando que tan lejos se tenga que viajar.
Los partidos a veces se miden por los resultados, pero los entrenadores lo que buscan es la colectividad, la determinación, la entrega de los jugadores. La afición hondureña no puede estar dependiendo de los que ya no quieren estar en la Selección y se inventan mil excusas para desantender las convocatorias.
Afortunadamente, Honduras es una cantera inagotable de valores- el sábado dio otro ejemplo- esos jugadores que fueron tapados en el pasado por los consagrados, tienen sed de gloria, quieren triunfar y lo demuestran, eso es lo más valioso de este partido, no el resultado, si no, que Juan de Dios Castillo demostró que sin figuras, también Honduras puede dar la batalla.
