“Al mal tiempo, buena cara”, reza un legendario refrán de la vida cotidiana y él trata de trasladarlo al campo del fútbol para animar a su equipo a reenderezar el camino en el Nacional y así pescar un boleto a la fiesta grande.
Con su particular forclor de siempre, Juan de Dios Castillo, el adiestrador de los Azules, apaga la luz roja que encendió el catastrófico 5-0 ante Marathón y centra sus neuronas en revertir ese agrio recuerdo en la determinante “final” que tendrán mañana contra Platense.
“Es una de las finales que tenemos, hemos hablado y hemos quedado claros que tenemos que seguir realizando lo que empezamos a hacer y que nos dio buen resultado en dos partidos (Vida y Choloma), pero a lo del partido pasado ya le dimos vuelta a la página y tenemos que retomar la confianza”, deja claro el Cuate, al remontarse a las gratas actuaciones del Azul.
Sin salirse de lo planificado
El entrenador del Ciclón, que deja claro que su filosofía de buscar los partidos desde el propio pitazo inicial es incambiable, es enfático en afirmar que el único camino para cosechar los tres puntos es haciendo lo que a diario se practica en el Nido y no saliéndose de lo planificado, tal como sucedió frente al Monstruo.
“Esto no es de sentir, sino de hacer, y si no lo hacemos, nosotros mismos podemos ponernos la soga al cuello; tenemos que hacer lo que entrenamos y lo hemos demostrado. Lamentablemente cuando lo dejas de hacer hay problemas”, dice para luego enfocarse en el rival de turno, que ocupa el sexto lugar de la tabla y que los supera por tres unidades.
Cuidado con Estupigol
Por tanto, con esas cuentas claritas, el mexicano tiene su mente puesta en la estrategia idónea que puede causarle daño al Tense, aunque es consciente del principal peligro que tiene el equipo de Hernán García.
Entonces allí sale a relucir el nombre de Javier Estupiñán, un atacante colombiano que a punta de goles se ha colocado en la cima de los goleadores y se ha ganado el respeto de propios y extraños.
“Yo creo que el delantero marca diferencia, por eso lleva tantos goles. Tenemos que estar conscientes de que es un jugador difícil y tenemos que estar atentos en la marca”, dice en tono de advertencia el mexicano.
Hay que cortarle los circuitos
Y es que no es para menos el llamado de atención del timonel motagüense, puesto que los 10 tantos del cafetero reflejan claramente lo que es capaz de hacer ante cualquier despiste de los zagueros.
Sin embargo, más que centrarse en el tino goleador de Estupigol, el Cuate hace uso de su vasto conocimiento estratégico para anticipar cuál es la mejor forma de contrarrestar este tipo de depredadores.
“Hay que tener la atención, pero a todos los jugadores (del Platense), porque si ese futbolista no recibe el pase, no hace el gol, entonces hay que cuidar a los que hacen los pases”, explica el antídoto el Azteca, quien se acerca al epílogo de la conversación con la ilusión de cambiar los altibajos del Azul.
Y es que siendo un estratega, con un amplio recorrido y habiéndose coronado dos veces en Honduras (con Olimpia y Real España), sabe que lo importante en este jueguito de la redonda es cómo se finaliza y no cómo se inicia.
Entonces, agarrándose de esa premisa, el Cuate se armoniza con su carisma y sienta su despedida: “Esto todavía no se termina, esto se acaba hasta que se acaba”.
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